En pleno parón navideño, la directiva del Loñoá, con su presidente David Rodríguez a la cabeza, recibió finalmente el regalo que durante más de dos semanas estaba esperando, el reemplazante de Marcos Sierra en el banquillo que finalmente es Guillermo González junto a su ayudante Pablo Conde.
Hace cuatro años estuvieron cerca de desembarcar en A Carabina, pero el destino los condujo al Arnoia y después y antes de la pandemia llevaron las riendas del Paderne. “Esta situacion no me cogió de imprevisto, porque la verdad este año me llamaron cuatro o cinco clubes de Segunda Galicia y alguno más de Primera, pero a todos los dije que no. Al final, este proyecto, que es más difícil, fue el que nos convenció”.
El equipo no ha podido ganar en sus últimos cuatro compromisos, siendo junto al colista Rúa los que aún no consiguieron triunfar como local. “La verdad que por los números encaja poquísimos goles, pero el problema es que no están metiendo (lleva ocho tantos en 16 jornadas) y desconozco el porqué. Tuvimos el primer entrenamiento el martes y allí vimos como podemos enfocar ese déficit y si hace falta traer algún refuerzo más, lo vamos a mirar”.
El nuevo entrenador, Guillermo González, reconoce que “esto lo cojo con mucha ilusión y ganas porque si no no aceptaría este reto, pero contento e intentar hacer una buena hazaña, que no va a ser fácil, pero queda claro que lo intentaremos”.
Ahondando más en lo que este nuevo cuerpo técnico le puede aportar, asegura que “por lo que me están comentando sobre todo es intentar darle la tranquilidad de jugar sin prisas con el balón y no solo defender, habrá que atacar algo también. No hay que mirar la tabla clasificatoria ni los puntos, hay que hacer como si empezamos ahora la liga y todo lo que sea sumar va a ser en beneficio de todos”.
En estos momentos, el Loñoá ocupa el tercer puesto por la cola, o lo que es lo mismo, está en puestos de descenso directo. “En principio, si no hay arrastres, debemos salir de esta situación incómoda donde nos encontramos, aunque estamos a cinco puntos del Santa Teresita, que será nuestro próximo rival y a siete del Peroxa. Entonces, sí parece que estamos muy hundidos, pero hay que ir sumando poco a poco y no pensar más allá del siguiente partido”.
El equipo rojinegro transita por su sexta campaña consecutiva de las siete en la máxima categoría del fútbol provincial, donde en casi todas ellas ya saben lo que es sufrir para mantenerse.
