GANADOR DE LA SAN MARTIñO 2015

Hassan, el que saluda

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photo_camera Hassan Lekhili besa el suelo de la meta para celebrar su segundo triunfo en la prueba ourensana.

El ganador de la San Martiño, afincado en Ourense, es uno de los atletas más admirados

Nunca podremos saber a ciencia cierta si cuando alguien dice "siempre saludaba" es porque está adelantando una noticia fúnebre o porque al conocido de turno le gusta la amabilidad cuando lo reciben en el rellano.

Esas dudas se disipan cuando hablamos de Hassan Lekhiri (Marruecos, 1972), el atleta que ha sabido captar nuestra idiosincrasia de una forma tan mimética que saluda cuando te dobla en una carrera. En Ribeira, un corredor aficionado le dijo, "Hassan, cando acabe unha foto eh", y él accedió sin dejar de correr.

Lekhili es, más que un corredor de gestos, un buen tío que corre. Y gana. Hasta tres veces la media maratón Vig-Bay y dos, la última en 2011, la San Martiño. Vive en Ourense junto a su mujer y a sus hijos que lo esperaban en la meta. Cuando llegó, extendió los brazos en cruz y se frotó los ojos. Y con elegancia, de rodillas, le plantó un beso al asfalto del pabellón. Volvía a ganar en su ciudad.

"Cada mañana salgo a entrenar, y dos o tres días a la semana hago sesión doble por la tarde", afirma ya vestido con el uniforme de su club, el Ourenrunning.

Se le puede ver habitualmente en el circuito que discurre en paralelo al Miño. Son 22 kilómetros de pista donde, dicen los que le ven, vuela bajo."Mi entrenador (Santi Saco) me acompaña siempre y prepara un plan de ejercicios muy duro, como el de los mejores atletas del mundo".

Es el padre de una familia por la que muestra devoción. Por quienes brindó la victoria en la carrera, entregando una carantoña a sus hijos y un beso a su mujer, su gran apoyo: "Tengo la suerte de tener una mujer que me ayuda todos los días, si tienes una persona así haces las carreras mucho mejor". No sólo le anima, sino que cuida su alimentación y le prepara masaje para aliviar el castigo de las piernas.

Lekhili se preparó especialmente para ganar su segunda San Martiño. En realidad, no sabe correr de otra forma: "El atleta siempre compite para ganar". Si no es la de Ourense, con 43 años que tiene, la experiencia le dice que la mejor carrera es la siguiente. Sin fechas.

"Quiero agraceder a la gente de aquí, jóvenes y mayores, los ánimos que me dieron en cada kilómetro del recorrrido", señala. Todo el mundo sabe su nombre, lo toma por el hombro o le pide una foto.

Durante tres años no pudieron hacerlo tan a menudo. Una lesión le apartó de la competición. Los dos últimos años, una pubalgia le apeó la posibilidad de batir a uno de sus grandes rivales, Lolo Penas, retirado en esta edición: "Lo siento mucho por él. Es el deporte, un día gana uno y otro día gana otro. Es muy bueno, tiene muchas capacidades y es buen tío pero siempre sale muy fuerte y después ataca al final, por eso también estoy pensando en empezar así". Por eso es tan admirado, es el respeto del atleta que siempre saluda.
 

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