Bernardino González Vázquez debutará el viernes como delegado FIFA en el Irlanda del Norte-Rusia clasificatorio para Brasil 2014

“Jamás devolveré al fútbol lo que me dio”

Bernardino González Vázquez.
Dejó el arbitraje hace casi tres años cuando estaba en lo más alto, como internacional y tras dirigir 133 partidos en la Liga de las Estrellas, pero los lazos que mantienen unido al ourensano Bernardino González Vázquez al mundo del fútbol y al mundo arbitral son igual de fuertes como cuando impartía justicia deportiva sobre un terreno de juego.
Ahora lo hace como ‘entrenador’ de árbitros, al ejercer la función de observador, asesor o informador como delegado arbitral de partidos de Primera y Segunda división en España, y manteniendo su estatus de internacional como delegado UEFA (el 2 de diciembre del pasado año fue el informador del Spartak de Moscú-Celtic de Champions) y desde ya, y dando un nuevo paso, también como delegado FIFA. Se estrenará en su nuevo cargo el viernes, en la ciudad de Belfast, teniendo bajo su supervisión nada menos que un Irlanda del Norte-Rusia correspondiente a la clasificación para el Mundial de Brasil 2014.

¿Cuáles son las funciones de un observador o informador arbitral?
Debo acompañar a los árbitros antes y durante el partido, valorar su actuación emitiendo un informe que se eleva al órgano correspondiente (UEFA, FIFA) y mantener una reunión posterior con los árbitros valorados para indicarles aquellos aspectos a mejorar.

¿Y cómo se llega?
La Federación Española propone exárbitros internacionales a la UEFA y la FIFA y si dan el visto bueno hay que realizar una serie de cursillos que hay que superar.

¿Es más difícil arbitrar o informar?
Ambas labores son complicadas. Como árbitro debes tomar decisiones en fracciones de segundo y su repercusión tanto en el partido como mediática es enorme. Tus actuaciones como delegado arbitral no tienen tanta repercusión mediática pero es muy difícil realizar un juicio de valor totalmente justo cuando a veces un error importante estropea un buen arbitraje y sobre ese error hay que emitir un informe contundente.

¿Cuáles son las características de un buen árbitro?
Lo primero es tener unas buenas condiciones físicas y técnicas. Después, la tranquilidad a la hora de tomar decisiones. El arbitraje tiene mucho de componente psicológico, por un lado por manejar tus emociones, por otro por ser capaz de manejar las de los futbolistas que en muchos casos juegan a 180 pulsaciones. ¿Un consejo a los noveles? Que trabajen mucho, que se preparen mucho pues hay gente que se queda en el camino teniendo condiciones para estar en la élite.

¿Cuál es el nivel del arbitraje español, gallego y ourensano?
Desgraciadamente al arbitraje español siempre se le puso en tela de juicio pero el nivel es bueno, son sinónimo de garantía, de otra manera no participarían en partidos importantes de competiciones europeas y de selecciones. En Ourense logró el ascenso a Segunda B Aitor Cid Puga, y por detrás hay un número importante de chavales.

¿Acepta el reto de convertirse en referente para jóvenes valores?
Tener un referente siempre es importante pero no me considero un referente. Fui un árbitro más, como muchos, pero con la suerte de haber llegado a la élite, pero a base de trabajo. Me considero un afortunado porque llegar a Segunda B ya es complicado para cuanto más poder disfrutar de todo lo demás, viajar a Arabia, Qatar, Irán, más de 30 países europeos…, y es que al arbitraje le tengo mucho que agradecer tanto a nivel deportivo como personal. A los jóvenes les diría que prueben, porque eso fue lo que hice yo, y además empecé convencido de que no me iba a quedar. Les diría que trabajen, que disfruten y que, por supuesto, hagan deporte, porque el arbitraje también es deporte.

¿Hasta dónde quiere llegar como informador?, un Mundial, unos Juegos…
Como árbitro ya tuve un recorrido y ahora afronto el fútbol desde otra perspectiva. Me lo tomo como una experiencia más, no pienso en Mundiales ni Juegos, tan sólo en hacer las cosas lo mejor posible y, sobre todo, seguir disfrutando del fútbol. No pretendo más que devolverle al arbitraje algo de lo que me dio aunque el fútbol me dio más de lo que yo jamás le podré dar.

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