El Arenteiro regresó de vacío de su visita a Las Gaunas después de perder ante el Logroñés por 1-0. Una derrota que no complica para nada la buena situación clasificatoria del equipo verde, que se mantiene cómodamente en el séptimo puesto con 36 puntos y con once de margen sobre los puestos de descenso a Segunda Federación.
El jugador ourensano Jordan Sánchez Varela es el único que, junto a Pibe, ha participado en todos los partidos que se llevan disputados hasta el momento y ofreciendo un gran rendimiento. “La verdad es que me encuentro muy bien, tanto individualmente como colectivamente. Estoy jugando todo y es para estar muy contento, además físicamente me siento bien, pero también es verdad que cuando todo va sobre ruedas es mucho mejor. La confianza también ayuda mucho”.
Habla el defensa verde de la situación del equipo y reconoce que “poco más se nos puede pedir. Desde el principio todos tenemos claro que el objetivo era lograr la salvación y, a día de hoy, lo sigue siendo. Tenemos que tener claro que somos el Arenteiro, saber de donde venimos y contra quienes estamos compitiendo, algo que para todos pienso que es mucho más de lo que se podía pensar”.
Aunque también reconoce que “tenemos una plantilla que tienen un nivel muy alto, con jugadores con una mucha calidad, pero también es verdad que los resultados positivos ayudan mucho. Y luego algo que es muy importante, el vestuario que tenemos, que no gana partidos, pero ayuda mucho. Lo ves en los entrenamientos, en los partidos y también fuera, que casi somos una familia. Hay que tener en cuenta que esta temporada vino mucha gente de fuera, cada uno de una punta distinta y, con todo, la unión sigue siendo máxima”.
Otro detalle que Jordan Sánchez no quiere dejar pasar desapercibido es el “embrujo” que tiene jugar en Espiñedo. “La verdad que es una pregunta que yo también me hago muchas veces. Si a la mayoría de jugadores nos preguntas por el estado del terreno de juego seguro que lo cambiaríamos por otros, porque lo nuestro es rasear el balón, tampoco somos un equipo con una gran corpulencia, pero el ambiente que se vive es mágico y la muestra son los números que hacemos y lo que le cuesta a los rivales puntuar”.
Volviendo a la clasificación, 25 jornadas celebradas y 36 puntos es para estar tranquilos. “Es verdad que está todo muy bien encaminado y hemos demostrado que competimos en todos los encuentros, pero no es menos cierto que no se puede bajar el pistón porque está todo muy igualado. Lo vimos en el último partido en Logroño, que no haciéndolo mal volvimos de vacío. Aquí cada punto es importantísimo y vemos que todas las semanas todos se juegan la vida. En todo caso, tiene mucho mérito lo que estamos haciendo”. Y termina con una reflexión: “La gente que está viviendo estas temporadas igual no es consciente porque va todo tan rápido que no da tiempo a valorarlo y casi no normalizas, pero es una pasada. Nosotros seguimos peleando por hacer cosas históricas sabiendo de la dificultad, pero también que nadie nos regaló nada”, porque sabe que “cuando estás de quiero y la pelota entra tienes que aprovecharlo y disfrutarlo y nosotros intentamos hacerlo cada semana”.
