El fútbol ourensano tributará una cena homenaje al que fue en los últimos 25 años delegado provincial de la Federación Gallega
El fútbol ourensano tributará el viernes una cena homenaje a José Luis Cachaldora, que fue en los últimos 25 años delegado provincial de la Federación Gallega. "Uno cree que tiene derecho a todo pero como lo llevaban tan en secreto no tenía pensado que me hicieran un homenaje. Me emociona, estoy encantado porque cuando miras atrás es que has dejado amigos en todos lados", afirma el exfederativo.
¿Aún le consultan los clubes?
Sigo conservando el mismo teléfono y aunque no con tanta asiduidad pero sí me siguen llamando muchos equipos para preguntarme cosas reglamentarias y de funcionamiento.
¿Y el actual delegado?
La verdad que no. Para todos es una novedad, porque tampoco sigue la gente que estaba conmigo excepto un empleado, pero esto no quiere decir que funcione mal, ni mucho menos. El fútbol no empieza ni termina en José Luis Cachaldora, el fútbol es algo histórico en Ourense. Es cierto que le he dedicado una gran parte de mi vida al fútbol y estoy muy feliz.
¿Qué ha ganado al salir del cargo?
Tranquilidad y compartir más horas con mi mujer, porque durante muchísimo tiempo le he robado demasiadas a mi matrimonio y a la crianza de mis hijas. Ella es el alma mater como mi madre en su momento y en más de una ocasión venía a echarme una mano. Ahora tengo una dedicación especial con mi única nieta.
¿Cómo transcurrió su vida?
Estudié en Salesianos, luego hice contabilidad en la academia Almi y después me puse a trabajar. En lo deportivo practiqué atletismo entre 1962 y 1967, siendo dos veces campeón provincial y participando en varios campeonatos de pista y cross. Más tarde jugué al fútbol en el Galaico. Me casé en 1969 con María Isabel, con la que tuve cuatro hijas, y de vuelta de la mili emigré a Suiza donde también jugaba en equipos del Cantón de San Gallent para regresar a Ourense en 1976. Los amigos de entonces me animaron a formar un equipo al que fundamos como SD Canedo, más tarde Peña Barcelonista y finalmente AD Couto, donde aún siendo jugador federado en diciembre de 1978 Paco Paz Sotelo me llamó para formar parte como vocal de la Delegación y tras aquel fatídico día de abril de 1990 donde Paz falleció en un accidente el desaparecido presidente de la Federación Gallega de Fútbol Basilio Caramés me nombró delegado federativo.
Cachamuiña, el centro...
Nací en Cachamuiña y luego nos vinimos a vivir a la Avenida de Buenos Aires. De ahí y por muy poco tiempo estuvimos en el Casco Vello para luego afincarnos en las casas encima del Puente viejo donde hoy funciona la oficina de turismo. Ahí viví los mejores años de mi vida porque tenía el colegio al lado y un campo de fútbol donde iba a jugar con mis hermanos y amigos. Cuando retorné de Suiza habité en la calle Greco y como nos quedaba un poco pequeño el piso al acabar los hijas de estudiar en la universidad construí una casa en Cachamuiña donde volví a mis inicios con la fortuna de que mi mujer, que es de la Valenzá, está encantada.
¿Qué hacían sus padres?
Mi padre José era un funcionario que estuvo 44 años como chófer de Obras Públicas. Era muy alto, fuerte y bonachón, pero lógicamente tenía su carácter. Un enamorado del fútbol y sobre todo del Celta y CD Ourense, del que fue el socio número 17. A mi madre Marina le gustaba el fútbol, pero no tanto. Era una mujer muy trabajadora, dedicada a su casa, que tuvo cuatro hijos, siendo yo el mayor y a continuación mis hermanos Gregorio, Lourdes y Benito Carlos. Ellos querían que trabajase y tuviera un puesto bueno en la vida, en cambio mi padre estaba orgulloso de que fuera delegado de la Federación, el 'presidente de los clubes ourensanos'.
¿Qué ídolos deportivos tuvo?
Cuando era atleta soñaba con ganar un Campeonato de España e ir a las Olimpiadas y era del Athetic Bilbao, hasta me sabía la alineación completa. Pero cuando el Barcelona fichó a Luis Suárez, como gallego me sentí representado y me hice culé. En aquella época era fácil ser del Madrid porque ganaba todos los títulos pero estoy orgulloso del Barça porque ahora es el que los gana. Me gustaba Cruyff y Maradona, y ahora Cristiano Ronaldo pero por encima de todos ellos Messi.
¿Queda mucho por hacer en el fútbol provincial?
Cuando uno comienza una andadura en la Delegación siempre parece poco lo que hay. De aquellas no había el fútbol 8, ni Tercera autonómica, muy pocos equipos y menos aún de la base, pero en todo este tiempo conté con un gran grupo de colaboradores. En la actualidad hay 5.000 licencias, el doble que cuando entré. Creo que se mejora si hay infraestructuras deportivas, por eso cuando voy a Vigo o Pontevedra me da envidia sana ver más de cien campos sintéticos. Ahora están llegando a Ourense y se ve como los jugadores van saliendo pero también hay monitores y entrenadores cuando antes era alineadores. Hay que concienciarse que de aquí a un año o más será necesario y está reglamentado que todos tienen que ser entrenadores. Además, para que todo esto funcione tienen que involucrarse todas las entidades.
Incluso llegó a presidir el CDO.
Era socio y accionista. Más de una vez tuvimos reuniones secretas para poder salvarlo hace ya mucho y fui durante un mes presidente cuando aún no era sociedad anónima, hasta que asumió Felipe Vide. Ahora, la UDO y el Ourense CF tienen una confrontación que no es buena para el fútbol. Uno de ellos quiere ser el heredero del CDO pero todo depende de la resistencia de unos y otros y las ganas que tengan de trabajar.
¿Tiene algún proyecto en el aire?
Me pidieron los clubes que trazara unas directrices para formar una asociación de clubes en Ourense pero no voy a estar al frente porque mi época de delegado se acabó aunque soy un futbolero y seguiré ligado a todo lo que tenga que ver con el fútbol.
