No desahuciado, pero con una pinta muy mala. Así de enfermo estaba el Sala Ourense hace un par de meses, viendo más de cerca que nunca la pérdida de su plaza en las categorías nacionales. Como había sucedido año y medio antes, hubo relevo en el banquillo (regresó Kike García en sustitución de un Óscar Vivián que había hecho el trayecto inverso antes), y las cosas no han podido salir mejor. El conjunto ourensano, que llevaba una victoria en casi cuatro meses, cerró la Segunda B con siete triunfos consecutivos que le llevaron a la sexta plaza, con 11 puntos sobre el descenso y a solo cuatro del play off de ascenso.
Kike García lo tenía claro desde el principio: “El equipo tenía capacidad para salir de aquella difícil situación, aunque para ello, además de potencial, que lo había, se necesita una pequeña dosis de suerte. En aquel primer momento mi preocupación y mi ocupación se centraba en el aspecto mental de la plantilla. El equipo demostró estar al nivel de los mejores, pero necesitaba creérselo. Perdimos con Segosala en casa y después en Coruxo en un partido con muchísimas bajas, pero a partir de aquel momento todo salió perfecto. Eso sí, con mucho trabajo, muchísimo trabajo, porque en una liga tan igualada conseguir estos registros es muy complicado. Sabía que lo lograríamos”.
El técnico se saca mérito y reconoce que “los únicos artífices de este éxito, el de la permanencia, son los jugadores. Yo apenas toqué algunos detalles tácticos, porque los conozco perfectamente a la mayoría y sé lo que podían dar. En temporadas anteriores ya habían logrado cinco o seis victorias consecutivas y en esta ocasión lo han vuelto a hacer”.
Y añade: “Entiendo a Óscar (Vivián) cuando hablaba de no dar con la tecla. No es fácil cambiar el estilo de juego a jugadores no profesionales. Esta plantilla se había adaptado a una forma de jugar y cambiar el chip no es sencillo. Además, el mes de diciembre fue tremendo en cuanto a bajas por covid, llegando prácticamente a coincidir media plantilla fuera del equipo. El equipo nunca dejó de trabajar bien y es algo que hay que agradecer al cuerpo técnico formado por Vivián y Fran (Formoso), su labor me sirvió para lograr el objetivo”.
EL FUTURO
Kike García no aclara su futuro. “Cuando hablé con el presi (Víctor Sousa) hablamos de tratar de salvar al equipo y nada más. Con fuerza, mental, sobre todo, seguiría uno o dos años más, sin problema, aunque la verdad es que ahora estoy agotado. Si tuviera que decir algo ahora, no lo tendría muy claro, por eso prefiero tomarme un tiempo y después hablar. Lo importante es que se logró el objetivo y el Sala Ourense sigue en Segunda B”.
