La llegada de jugadores con pasado en categorías superiores le aportará un importante nivel a una competición que promete emociones fuertes
La afición del fútbol provincial, en concreto de la Primera autonómica, ya pudo ver en acción a buena parte de los equipos. La competición dictará sentencia pero teniendo en cuenta lo que se han reforzado las escuadras las sensaciones indican que se presenciará una de las temporadas más fructíferas en materia de juego y espectáculo.
Los entrenadores de la máxima competición provincial sitúan a la UD Ourense y al Bande como los primeros espada de la competición para instalarse en la cima de la clasificación, aunque hay otros con mucha entidad en la categoría que no descartan pelear por una de las dos plazas que dan derecho a jugar en la Preferente.
El Velle de David Rivo es un ejemplo claro, máxime tras retocar parcelas determinadas como el mediocampo y el ataque a partir de la llegada del exindustrial Yago, junto a la veteranía de Gil y el olfato goleador de Camba.
En el Ribeiro se produjo uno de los cinco cambios en los banquillos. Iván González, el que fuera ayudante de José Luis Vázquez, pasa a comandar una plantilla que conoce sobradamente pero que sufrió algunos ajustes al ser tentados varios de su jugadores por equipos de superior categoría.
De entre los cuatro equipos ascendidos, el Atlético Arnoia se perfila como la revelación de la liga, todo lo contrario que el Viana y Xunqueira de Ambía, que premiaron con la continuidad a los jugadores que le dieron un histórico ascenso a la Primera autonómica, mientras que la UD Ourense es un aspirante a todo.
El Peroxa, con más participaciones en esta división y más títulos en su haber, dio una gran imagen el año anterior, pero ahora quiere ser más regular y sólido en la parcela defensiva.
De la prolífica etapa de Vila, el Monterrei abre una nueva era con su jugador Carlos Atanes, que en caso de ser necesario como ya ocurrió en Copa ante el Velle le echará un cable a una plantilla rejuvenecida y plagada de chavales.
El nuevo Antela
El Antela, uno de los clubes emblemáticos en la provincia, vivió un verano muy agitado ante la posibilidad de no competir. La sangre no llegó al río por la aparición de un grupo de personas que constituyeron una directiva ilusionada en reverdecer la historia del cuadro limiano que en los últimos años sufrió y mucho para poder mantenerse en Primera.
La apuesta del Allariz no ha variado y guiados por el eterno Paco está dispuesto a no desentonar y seguir siendo un hueso duro.
La renovación llegó al Celanova, donde Marcos Zorrilla, tras su amarga marcha del Bande, se muestra ilusionado con el equipo de su villa y que también apuesta fuerte por los más jóvenes.
Toda una incógnita será el Taboadela, que ha perdido buena parte de sus pesos pesados, como así también el Maside, que en función de la filosofía que pregona su entrenador intentará ser protagonista en todos los campos.
La lucha por la permanencia será otro de los focos que centrará la atención de equipos como el Cortegada, que a la espera de poder contar con su nuevo campo de hierba artificial se encomienda a no dar un balón por perdido y que su feudo sea un fortín. En la misma línea se encuentra el Francelos, que asume su rol, pero que no quiere sufrir para salvarse.
Vilariño y Manchica son almas gemelas porque sus entrenadores conocen sobradamente los puntos fuertes y débiles de sus plantillas. Ambos quieren seguir gestionando que la puntuación no les provoque grandes sobresaltos.
