Miguel Nieto: “Merecemos el ascenso”

El pletórico momento que atraviesa el Celanova, líder e invicto del subgrupo B, coincide con el acierto que viene teniendo su delantero Miguel Ángel Nieto Lorenzo (New Jersey, 24 de abril de 1991). “Creo que todos somos muy importantes. Quizás sea de los más veteranos, entonces tendré que dar este año un poquito más la cara y asumir más responsabilidades y no por calidad”. Esta temporada parece haber recuperado el olfato goleador y vistiendo la camiseta sportinguista en la Primera Galicia lleva 53 tantos, siendo su mejor campaña en la 16-17, con 19 dianas. “La verdad que empecé muy bien la liga y aunque en la primera jornada ante el Raio Alaricano conseguí meter dos goles arrastraba molestias que me impidieron jugar ante Monterrei y reaparecer los últimos 25 minutos frente al Barbadás”. Llegaría el duro choque con el Allariz “donde fui teniendo un poco más de presencia, pero no hubo suerte de cara al gol al igual que ante el Cartelle”. En los últimos dos encuentros volvió a ser determinante marcando por partida doble como frente al Covadonga remontando en San Rosendo un 1-2, “gracias a dos asistencias de Yago Sanginés que solo tuve que empujarla” y hace unos días dándole una nueva victoria en el feudo del Antela, donde fueron más goles de fabricación personal”. El segundo máximo realizador de la competición se considera un jugador más de creación. “Siempre jugué de mediocentro, incluso de central llegué a hacerlo en el Pabellón, pero siempre tuve algo de gol y aquí me adelantaron un poquito más y siempre se me dio bien y en el área quizás no tenga el olfato de otros jugadores porque no soy tan egoísta”. Fisioterapeuta Miguel Nieto logra compaginar desde hace unos años el fútbol con su verdadera profesión, la de fisioterapeuta, aunque “en casa de herrero cuchillo de palo. Yo trato a personas, pero a mí quién me trata, nadie (risas). Tuve unos cuantos problemas físicos a principio de temporada que suelen ser leves como microroturas o esguinces”. El gran presente que viene atravesando el Sporting Celanova merece para el goleador un premio mayor. “Creo que desde la base hace tiempo se están haciendo bien las cosas con el trabajo que llevan a cabo David Sotelo, Germán Reza y Ángel Mociño y de hecho hoy en día en el primer equipo somos 13 o 14 jugadores canteranos, más los juveniles que vienen a entrenar. Igual me aventuro a decirlo, pero hay pocos equipos que pueden decir eso”. Entre sus sueños está aquella gente que se merece una alegría como puede ser el regreso a la Preferente, “como Pulpi, Pepi, Dani Martínez, Lito, Ismael, Iván Vázquez, Miguel Codeso con los que llevamos jugando muchos años. Creo que ahora estamos en un momento muy bueno todo el equipo, en el que todos confiamos en el otro y en uno mismo, lo cual es muy importante y lo notamos mucho. Que para el nuevo año deseo que no haya ninguna lesión grave en mi equipo, seguir disfrutando del fútbol y sobre todo que vengan buenos resultados y si luego conseguimos el ascenso, mucho mejor”. Van por el buen camino. De New Jersey a Celanova Los abuelos de Miguel Nieto fueron emigrantes como tantos gallegos dispersos por el planeta, los paternos se fueron a Venezuela y los maternos tomaron rumbo hacia Estados Unidos “donde criaron a mi madre”. Sus padres se conocen en Celanova veraneando en su pueblo natal y luego deciden intentar la vida en tierras americanas. “Primero nació mi hermano y dos años más tarde llegaba yo”. Fue entonces que con apenas cuatro meses su familia retorna definitivamente a Celanova, donde los primeros años se crio en una guardería. “En primero de primaria me fui a estudiar a Ourense en los Maristas y con seis años empecé a jugar allí, en el que aparte teníamos un equipazo. Llegamos a la final de la Copa Liceo contra Peleteiro y Liceo. "La verdad es que el colegio fue la mejor época de mi vida”, remarca Miguel Nieto, que aún compaginaba el fútbol sala con su paso por el Pabellón, donde coincidió con jugadores de la talla de Rubén Lamelas, Cuquejo, Peli, Pablo Corzo y Cote, actualmente en tierras niponas. “De pequeño era rellenito, uno de los más altos y se me daba bastante bien, pero luego a medida que iba creciendo me fui haciendo un poquito más vago y dejado, una característica que triunfó en mí” (risas). Debut precoz en Preferente A los 16 años decide dejar el cuadro pabellonista y regresa para jugar en el Celanova, donde siendo cadete fue convocado alguna vez por el equipo de Preferente, “con gente cobrando 1.000 euros y siendo compañero de Javi Millos, Iván González, entrenador del Arnoia, pero aun así, no tenía muchas ganas de fútbol, al punto de decirle a Ángel Mociño que no me apetecía o que no podía jugar”. El delantero celanovense dejaría más tarde el fútbol durante cinco años para ir a estudiar a Madrid: “Al volver no tenía pensado jugar, pero en ese momento justo el entrenador era Germán Reza, con el que coincidí en juveniles. Me pidió que volviera, pero aun así tenía mis dudas porque llevaba bastante tiempo sin jugar, había perdido la ilusión, las costumbres, el ritmo, pero finalmente logró convencerme y sigo hasta el día de hoy”. De todas formas, Miguel Nieto soñaba más bien con volver a disfrutar del fútbol, “sentirme bien jugando y la verdad me costó mogollón porque justo cuando empezaba tuve una lesión”.