Lejos parece quedar aquel primer mes de competición que transportó al Envialia a la zona de descenso de Primera con una victoria, cuatro derrotas y un partido aplazado. Fue a finales de octubre, justo después del regreso del Preeuropeo, con una derrota ante el Futsi en Navalcarnero. Desde entonces, tres victorias en 15 días para hacer del Ourense Envialia un equipo más previsible. Ya en la primera mitad de la tabla (séptimo) y todavía con un partido pendiente, el equipo ourensano ve las cosas de forma muy diferente. “No hay secreto ninguno, cuando las cosas van mal lo que hay que hacer es trabajar, y fue lo que hicimos. Cierto es que para nosotras esta es una liga de calendario. Podían tocarnos más espaciados, pero jugamos en las primeras jornadas ante Roldán, Melilla, Burela y Futsi”, subraya Raquel Mondoruza.
Y el pasado sábado lo hicieron ante Alcantarilla, el cuarto clasificado, pero más allá del potencial de los rivales y a pesar de que las sensaciones, sin ser las mejores tampoco habían sido deficientes en el arranque, este Envialia es diferente al de la apertura porque su proceso de evolución marcha en línea recta y hacia adelante. La mejoría en un grupo serio y de calidad como el conformado por Mondo era “cuestión de tiempo” y, por supuesto, “trabajo”.
La entrenadora resume la hoja de ruta: “calendario, trabajo y confianza. Ni antes éramos tan malas ni ahora somos tan buenas, pero las cosas están yendo mejor. No solo es ganar, sino también las sensaciones, porque ganar de forma solvente al cuarto no es sencillo”.
Un momento dulce
Con el equipo subiendo en la tabla como la espuma y “otros regalos”, el equipo atraviesa un momento dulce. “El equipo sigue mejorando, Candela y Jenny están con la selección española (participan hasta el jueves de un stage con dos amistosos ante Japón), las chicas de abajo como Zaide están a un nivel espectacular aportando mucho y el filial goleó 7-1 al Bembrive”. Que siga.
