ENTREVISTA

Moure: cuando el ciclismo se lleva en las venas

Ourense. 26-12-2015. Carlos Moure. Paz
photo_camera Carlos Moure, en la tienda que lleva su nombre y rodeado del 'juguete' que se acabó convirtiendo en pasión de toda la familia

Lejos de apagarse su amor por la bicicleta, la afición del presidente del Club Ciclista Ourensano ha ido a más con el paso de los años

A los 13 años compró su primer bicicleta. Fue amor a primera vista y solo comparable al que siente por una familia en la que no hay 'desertores'.

"Incluso llegué a comprar un tándem para dar paseos con mi mujer", dice. Y añade: "Todavía lo conservamos. Y en está en buen estado". La mujer y tres hijos compartieron afición y el único varón es el que la mantiene e incluso compitiendo con su padre en implicación y seguimiento.Pero para llegar a ese punto hay que dar algunos pasos atrás. Empezando por aquella primera bici que no olvida: "Me costó 4.500 pesetas, una Orbea, y la pagué a plazos a la viuda de Joaquín Da Cunha".

Con ella compitió en las carreras que organizaba Ramón Carballo Sabuz en A Alameda y en el Xardín do Posío. 14 años después dejaba la competición Élite y Sub 23 en la que consiguió un segundo puesto en la Vuelta a Ourense ("que en aquella época era un referente en Galicia") y una medalla de bronce en el Campeonato Gallego.

"Me defendía", dice Moure. De su época, brillaban en el ciclismo gallego corredores como Álvaro Pino o Suso Blanco Villar.

Pero la pasión del presidente del Club Ciclista Ourensano por la bicicleta, lejos de apagarse ha ido a más con el paso de los años. Capaz de enfrentarse a cuantas federaciones existan y de alzar la voz ante regidores de todos los colores para mantener viva competiciones amateur en un provincia de la que se reconoce un enamorado.

"Si no fuera por ellos quizá estuviese en el sur de España al sol y al calor montando en bici. Al final aún se lo tendré que agradecer a todos ellos", comenta con ironía y con la mayoría de batallas ganadas.

Un Quijote sin lanza y a lomos de un Rocinante con pedales que ahora presume de 16 pruebas ciclistas anuales y de un Día da Bici con el que se le cae la baba: "Cada cosa es distinta pero solo ver a esos niños ilusionados, que para muchos es la primera vez que van en bici por la ciudad, ya merece la pena todo". Y aprovecha para mandar un mensaje a su estilo haya molinos o dragones a la vista: "¡El Día de la Bici es algo que se organiza tan fácil y que cuesta tan poco! Solo se complica cuando alguien se empeña en poner la zancadilla".

Maceda, Río y La Vuelta

En competición el ciclismo en Ourense está de enhorabuena en todos los frentes. Quizá el impulso a definitivo a un deporte cada vez con más decenas de aficionados que hacen kilómetros a diario y cientos los fines de semana.

Empezando por Pablo Rodríguez: "Ese chico está tocado por los dioses pero además es muy importante que haya tenido a un entrenador como Xulio (Conde) que seguro le ha enseñado todo los valores que debe tener un ciclista".

En 2016 el ciclista de Maceda intentará hacer historia y participar en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. Un día antes de terminar empezará La Vuelta a España y lo hará en Ourense.

"Es un escaparate impagable", dice Moure. Pero avisa desde la experiencia: "No vale solo que se muestren muy bien esos sitios durante varios días. Ourense es un paraíso para el ciclismo y para cualquier deporte. Tenemos sitios como Manzaneda, A Viega, Chandrexa o la Ribeira Sacra que están al nivel de cualquier meta de La Vuelta". Y prolonga el mensaje: "Hace unos años nadie conocía el Ézaro y ahora es casi un lugar de peregrinación. ¿Durante todo el año cuanta gente va a Asturias con la bici para ir al Angliru o a los Lagos de Covadonga? Tenemos la oportunidad de conseguir algo así en Ourense".

Mientras, Carlos Moure trabaja para "crear una gran Marcha que sea referente las semanas anteriores a La Vuelta y para asentar un calendario que ya cuenta con 16 jornada al año de ciclismo en Ourense".

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