Contribuyó a la expansión del deporte en la ciudad
En el cementerio de Santa María de Toén despedía ayer el mundo del deporte ourensano a Ramón Luis Llamas Gómez, quien a los 83 años fallecía el pasado viernes en Ourense.
Llamas, como le conocían los que compartieron con él los años en los que dirigió primero la federación de hockey o a los árbitros de baloncesto después, formó parte de la historia del deporte ourensano en muchas de sus modalidades, años en los que la falta de medios sólo era superada a base del tesón de directivos que, como en su caso, sentaban las bases del auge de un deporte ya y en la actualidad con mayoría de edad en Ourense.
Desde el Otero Pedrayo a la ferretería familiar Llamas en la plaza del Hierro, pasando por su trabajo en el antiguo establecimiento Hentschel en el Paseo, Llamas era conocido entusiasta de la ciudad, en la que se podía ver pasear con frecuencia antes de su enfermedad, y contribuyó desde sus distintos puestos como directivo a la expansión del deporte de la ciudad.
Además, y desde su experiencia en el mundo del arbitraje, como colegiado primero y conocedor de distintos deportes, y en su labor de gestión después, Llamas contribuyó al nacimiento de la delegación ourensana de baloncesto siendo pieza básica en la formación de muchos de los árbitros destacados de Ourense en las ligas nacionales, a los que tuteló en varias etapas de su actividad.
