Múnich 1972, el terror aparece en los Juegos

El terrorista Lutif Afif -con sombrero- conversa con un emisario en la villa olímpica.
photo_camera El terrorista Lutif Afif -con sombrero- conversa con un emisario en la villa olímpica.

En los próximos días se cumplirán 50 años de los Juegos Olímpicos de Múnich 72. Marcados, desgraciadamente, por el terrorismo palestino.

En plena 'Guerra Fría', la Alemania Occidental pretendió celebrar una fiesta de paz y amor, obviando las mínimas medidas de seguridad en la villa olímpica.

Oportunidad que aprovechó el grupo terrorista 'Septiembre Negro', facción de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) para colarse en la delegación israelí, ayudados por grupos neonazis y la Alemania Oriental.

Un triste 4 se septiembre, ocho 'fedayines' irrumpieron a las 4 de la madrugada en las habitaciones y, tras matar de forma salvaje a dos entrenadores, se atrincheraron con 9 deportistas en el recinto.

Exigían la liberación de 236 prisioneros en cárceles israelíes y alemanas, así como publicidad a su causa.

El suceso pilló en pañales a un ingenuo país, donde la Constitución post nazismo no permitía actuar al ejército, ni a un comando especial israelí. Sólo a una policía inexperta y, en algunos casos, cobarde.

El caos fue tal que, la mañana del día 5, casi 80.000 curiosos se reunieron alrededor de la villa, mientras se disputaban partidos a pocos metros de los terroristas. La organización no suspendió los Juegos hasta las 15,30.

Se intentó un asalto en la villa, frustrado por las cámaras en directo de la televisión. Se repitió después, cuando terroristas y rehenes fueron trasladados al aeropuerto en dos helicópteros para coger un avión.

Una auténtica chapuza que terminó en masacre. Murieron todos los deportistas, un oficial de policía y cinco de los tres terroristas.

'Septiembre Negro' oscureció unos Juegos hasta entonces, modélicos. La cosa no terminó aquí.

La derrota del imperio USA, la gran sorpresa

En el aspecto deportivo, el momento más recordado de los Juegos de Munich fue la primera derrota de la selección estadounidense (USA) en baloncesto.

Los orgullosos inventores de este deporte contaban 7 oros y 63 victorias consecutivas hasta el 9 de septiembre de 1972. Tal era su superioridad que presentaban un equipo compuesto por universitarios, al no estar permitido el concurso de profesionales.

En esta ocasión, pecaron de prepotentes: realizaron una paupérrima preparación, no convocaron al mejor jugador del año -Bill Walton, después estrella NBA- y menospreciaron el progreso del resto de selecciones. En especial de la potentísima escuadra soviética, liderada por los extraordinarios Sergei y Alexander Belov (no eran hermanos, por cierto).

Lo sucedido en el Basketball-Halle de Múnich es historia del deporte. La URSS dominó todo el partido. Sólo en los últimos minutos, Estados Unidos  se acercó en el marcador y se adelantó por 50-49. 

Faltaban los tres segundos más famosos del baloncesto, con saque de fondo desde campo soviético.

El saque se repitió hasta tres veces. El primero y el segundo intento se invalidaron por errores de comunicación entre la mesa y los árbitros. En el tercero, con los americanos aturdidos, Edeshko lanzó un balón "a la olla" que sólo atrapó Alexander Belov para anotar el definitivo 50-51.

Fue un escándalo monumental. Uno más de la 'Guerra Fría'. Estados Unidos no se presentó al podio y reclamó a la FIBA. Tras 18 horas de deliberación, el comité ratificó el resultado. Toda una afrenta para el orgullo estadounidense. Aunque hoy decidiesen aceptarlas, sólo se conservan 7 medallas de aquel partido tan singular.

El soviético Alexander Belov anota la canasta más famosa del baloncesto en Múnich.
El soviético Alexander Belov anota la canasta más famosa del baloncesto en Múnich.

 

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