Un ourensano prepara a la selección rusa de freestyle para sochi 2014

Mauro Núñez.
Hablar de deportes de invierno en Ourense suena más a aspecto lúdico que competitivo. No es fácil asociar a estar provincia con el primer nivel mundial en disciplinas con la nieve como 'terreno de juego'. Mauro Thomas Núñez es la excepción. Un ourensano es el encargado de modelar al equipo nacional ruso de esquí en la modalidad de freestyle y todo pensando en la Olimpiadas de 2014, en Sochi (Rusia).
¿Qué hace un ourensano en Rusia, en la selección rusa?
Un amigo, Chris Turpin, trabaja para la Federación rusa desde el mes de enero y me preguntó si quería ayudarle en el proyecto de cara a Sochi 2014. Le dije que sí.

Pero su idea inicial era estar en las Olimpiadas por otro camino.
Quería clasificarme como competidor para selección española pero no me tomaron muy en serio porque no tenía resultados que presentarles desde 2005 y porque ya tengo 38 años.

Lo hubiese preferido.
Tengo un gran amor por mi país. Un amor que me resulta complicado explicar con palabras Me hubiese encantado estar en los Juegos con España.

¿Por qué el esquí?
Es una historia muy larga.
Y empieza por...
Mi padre era empleado del cuerpo diplomático español en el extranjero y en 1982 nos mudamos a Canadá, a Toronto. Con 12 años mis padres me apuntaron a clases de esquí.
¿Y después qué?
Empecé a vivir como esquiador cuando nos mudamos a Whistler, en el oeste de Canadá, y el poder esquiar en verano en el glaciar de Whistler, una meca del freestyle, fue clave para decantarme por esta modalidad.

Seis años como profesional.
Tiene sus sacrificios pero el esquí me llevó por todo el mundo y a conocer a mis amigos. He podido esquiar en las mejores montañas del planeta. Pude expresar al mundo el amor que realmente tengo por este deporte.

¿Y lesiones? Los esquiadores las asumen como parte del juego
He tenido más lesiones de las que quiero admitir (se ríe). Me he roto cuatro huesos, dos ligamentos cruzados, uno medio, dos conmociones cerebrales y en total tengo 160 puntos en el cuerpo. Supongo que he tenido bastante suerte.

Y ahora, sin competir, no piensa en regresar a España.
Ya veremos lo que pasa después de las Olimpiadas. Tengo muchas ganas de volver y enseñarle a mi novia, Erica, y a mi hijo, Rambo, todo lo bueno que tiene mi país.
¿Qué espera de las Olimpiadas?
Queremos demostrar que Rusia puede competir con las grandes potencias del freestyle pero sabemos que no es fácil.

¿Hablamos de Vilardebós?
Tiene un sitio muy particular en mi corazón. Intento regresar cada año y echo de menos a mi padre, que vive en nuestra finca, 'A Cidadella'. La zona, la comida, nuestro vino (Nonius)...

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