ATLETISMO - RESISTENCIA

Los ourensanos que derrotaron al desierto

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photo_camera Ana, Willy y Daniel, a su regreso de Marruecos.

El equipo patrocinado por el Campus de Ourense y que participó en el Marathon des Sables ya está de vuelta

El Marathon des Sables es, sin duda, una de las citas de referencia entre los atletas de larga distancia. Una de las pruebas más exigentes, con Marruecos como escenario, el desierto como trampa y tres ourensanos entre los protagonistas. Daniel Diz Abal se estrenaba en la 32 edición del maratón, para Ana Guede Blanco era la tercera participación y José García-Calvo 'Willy' hizo una vez más de líder espiritual y de equipo en su cuarta presencia. Los tres están ya de vuelta.

"Esto no es ninguna locura, para mí es como una oficio, una profesión. Llevo desde los 18 años preparándome para pruebas como esta y cuando tenga 75, si tengo salud, volveré", resume y asegura Willy.

Ana Guede no pudo completar la prueba, abandonó en la cuarta etapa: "Tenía un problema estomacal y tomó la decisión correcta. Es una pena porque el verdadero objetivo con el que partimos era acabar los tres, pero no pudo ser".WhatsApp Image 2017-04-22 at 10.39.32_result

Sí acabó Daniel Díz. Empleó casi 38 horas y media en completar los 240 kilómetros: "Es un tío muy fuerte y muy ordenado. Tuvo la suerte de coincidir en la haima con un competidor de Albacete que tenía su mismo ritmo y entre los dos hicieron toda la carrera de maravilla".

"¿Crisis? Yo no tengo de eso"

Willy peleó por la victoria en su categoría (VH4) y acabó segundo, solo superado por el suizo Ryamond Girardet: "Es una buena lección para el deporte ourensano en general. Nos creemos buenos en competiciones que casi no tienen nivel, pero cuando llegamos a enfrentarnos con rivales de verdadero nivel pasan estas cosas". Y aporta un dato relevante: "Al tercero le sacamos casi nueve horas, eso demuestra el nivel que teníamos". El ourensano firmó un tiempo de 45 horas, 43 minutos y 28 segundos.

Para Willy el Marathon des Sables ya no tiene secretos, pero tiene claro que lo más importante es la mentalidad de cada uno: "¿Crisis? Yo no tengo de eso. Tienes lógicamente lo típicos problemas que genera el esfuerzo pero los superas. Lo más complicado para mí fue una etapa en la que tuvimos 19 horas de exposición al sol". Y añade: "Mi punto débil es la hidratación, pero me tomaba 20 pastillas de sales más el agua que hay que tomar cada 10 kilómetros (un litro y medio) y punto".

La camiseta del abuelo

Seis etapas con la mochila a cuestas y siete meses de preparación para conseguir un objetivo, llegar a la meta. Willy tenía un comodín para empujarlo en los momentos de debilidad: "Llevaba una camisetas con la foto de mis tres nietos. Cuando la etapa se complicada pensaba en ellos y me decía a mí mismo: 'Tranquilos que el abuelo llega'. Muchos me preguntaron por la camiseta durante la carrera".

Tres aliados durante la ruta y para los que además envía un mensaje: "Cuando me implico en pruebas como esta o en algunas similares  también quiero que entiendan que el único camino para conseguir las cosas es con esfuerzo. No hay atajos".

Ahora le toca regresar a la normalidad: "Si tengo que correr diez metros, me caigo". El cuerpo se readapta a las comidas sólidas y se recupera de un esfuerzo extremo. Imposible para deportistas sin una preparación sobresaliente, pero habitual para gente como Willy que este fin de semana descansará "haciendo una rutas de paseo con unos amigos por el Xurés. son unos 18 kilómetros, nada, un paseo".

El Marathon des Sables lo espera en 2022: "El año que viene tengo claro que no iré. Voy cada cinco años y ese es mi objetivo, volver cuando tenga 75".

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