El Ourense CF sigue ganando y gustándose en casa, demostrando una jornada más que es un equipo intratable. Este sábado le tocó sufrirlo al Coruxo, que salió trasquilado de Oira por un rotundo cinco a uno que no deja lugar a las dudas, casi todo en una segunda parte en la que los ourensanos fueron un ciclón que los vigueses no daban frenado. Un sábado más vuelven a dormir como líderes en solitario y le meten toda la presión a un Pontevedra que hoy no puede fallar en el Vero Boquete ante el Compostela también apretado.
El partido comenzó con un calor sofocante y mucho respeto entre dos equipos que llegaban en buena dinámica y no querían perderla. Ambos tenían claro cómo afrontar el partido y lo pusieron en práctica. Los vigueses, a tapar bandas y las líneas de creación de los ourensanos, que tenían el dominio, pero les costaba más que otras veces crear. Gonzalo Di Renzo perdonó un remate franco a los diez minutos mandando la pelota fuera y Moha con un disparo desde la frontal probó al meta Alberto Domínguez. Todo antes de que en el 33 una lesión de Jerín, que acabó en nada, propiciara que el árbitro aprovechara para hacer un parón que ya era necesario antes para que ambos equipos se hidrataran. Sin mucho que reseñar se llegó al minuto 40, cuando un disparo desde la frontal de Mateo Míguez, que tocó en un defensa, ponía el 0-1 para los de David De Dios.
En el descanso, ambos técnicos movieron el banquillo y le fue mucho mejor a los ourensanos, que con la entrada de Gabri Palmás y Brais Penela fueron otro equipo. El Coruxo, fiel a su fortaleza defensiva -llevaba cinco partidos sin encajar un gol- tenía esperanzas, pero lo que es el fútbol, en veinte minutos encajó cuatro.
El 1-1, en el 62 de Gabri Palmás, después de un disparo de Brais Penela que rechazó el meta Alberto, cuando los vigueses estaban en inferioridad por la expulsión de Dani Pereiro (minuto 54). El 2-1 en el 71 de Gonzalo Di Renzo, de penalti. El 3-1 en el 77, un golazo de Álex Gil tras centro de Di Renzo y el 4-1 en el 80 tras otra gran jugada combinada de Fernando Andrada, Álex Gil y un Gabri Palmás que marcó para hacer doblete. El Ourense CF estaba desatado y el Coruxo, que protestó la expulsión y aún más el penalti de Pitu Doncel, se fue del partido con esas acciones y estaba más pendiente del colegiado que del partido. Craso error que pagó muy caro.
Y en el descuento, en el minuto 94, le cayó el quinto, obra otra vez de Gonzalo Di Renzo, que con frialdad remachó una pelota que peleó bien Sergio Bernárdez. Aunque le pudo haber caído antes si Palmás o Penela estuvieran más acertados. Otra jornada más para guardar en la retina y dormir líder.
