El Ourense CF ficha a Pedro García Campillo, una perla para volver a brillar

Pedro García, disputando un partido con el equipo filial del Cartagena.
photo_camera Pedro García, disputando un partido con el equipo filial del Cartagena.
El lateral izquierdo murciano, Pedro García Campillo, que fue internacional sub-16 y sub-17, llega al Ourense CF para reforzar la parcela defensiva

El Ourense CF sigue incorporando jugadores de cara a la próxima temporada en la que repetirá en la Segunda Federación. El último en llegar, además de confirmar la continuidad del defensa vigués Nacho Fariña, ha sido Pedro García Campillo (Cartagena; 14/3/2000), un jugador con un currículun envidiable, al que la falta de fortuna y una mala decisión truncó una carrera que iba directa al éxito.

Pedro García Campillo

El nuevo jugador ourensano comenzó a jugar en Cartagena, en el equipo del Santa Ana, pero pronto sus condiciones llamaron a la puerta de grandes equipos. El primero en llevárselo fue el Real Murcia, pero solo estuvo una temporada porque el Villarreal se hizo con sus servicios en su primer año de infantil. Con los amarillos fue internacional sub-16 y sub-17, codeándose con los mejores jugadores nacionales. Cita a unos cuantos. “Ferran Torres, Sergio Gómez, Abel Ruiz, Miranda o Hugo Guillamón”. Pero una lesión y un calentón truncaron su carrera: “Creo que el punto de inflexión fue una lesión que tuve en el quinto metatarsiano del pie. Estuve cuatro meses parado y cuando estás a esos niveles el que juega es como tú y los que están a tu lado esperando su oportunidad te pasan por delante”. Y sigue: “Cuando volví no llevaba nada bien los de no jugar, era algo a lo que no estaba acostumbrado, y mentalmente me afectó mucho. Aunque tenía tres años más de contrato en Villarreal decidí marcharme. Ahora con el paso del tiempo asumo que fue un error y que me equivoqué”.

Pese a tener “solo” 23 años, Pedro García habla con mucha madurez y reflexiona en voz alta. “El fútbol no espera a nadie. Yo era un chaval al que todo el mundo halagaba y nadie te dice que tienes que ser más humilde. Con 17 años no eres nadie. Parecía que tenía que llegar ya a Primera División cuando todavía era juvenil”. Del submarino amarillo al Betis, una temporada en División de Honor y de ahí a Ucrania. “En Sevilla no salió todo como yo esperaba y me llamó Ostap Markevich, un entrenador que había estado en Villarreal y me conocía bien. Me fui a la Segunda División, ya que necesitaba cambiar de aires. Allí me fue bien”. Pero llegó la pandemia y todo se volvía a truncar: “Regresé a Cartagena, para estar con la familia, y luego pasé por el Yeclano, el  Hércules y la temporada pasada, en el Cartagena B”.

Ahora llega al Ourense CF. “Es una nueva oportunidad. Me llamaron, hablé con el entrenador y me gustó mucho el proyecto y la idea. Para mí es un nuevo mercado, porque nunca jugué en el norte y espero que vuelva a ser una rampa de lanzamiento en mi carrera”. Tiene clara una cosa: “Con el tiempo te vas dando cuenta de cosas que de chaval no veías. Soy muy joven, tengo 23 años y mucho camino por recorrer. Es verdad que ya viví las dos caras del futbol y eso me debe de valer de enseñanza. Estoy convencido de que aún puedo volver al fútbol profesional y espero que Ourense sea una buena rampa de lanzamiento”. En todo caso, algo sí que ha aprendido en todos estos años:  “Ahora valoro mucho más todo y tengo que reconocer que, pese a los vaivenes que dí, me considero un afortunado porque he jugado a buen nivel, algo que es muy complicado, y si miras atrás, que siempre es importante hacerlo, miles de jugadores nunca llegan a Segunda Federación”.

Antes de colgar es él quien pregunta: “¿Qué tiempo hace por ahí? Yo siempre me moví por el Mediterraneo y por Andalucía”. Pues igual cuando empiece la pretemporada se lleva una sorpresa. Y aquí sin brisa marina.

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