Un domingo tranquilo. Así vivirá el Ourense CF la jornada con la satisfacción del deber cumplido y esperando a ver qué hacen sus rivales directos. Los ourensanos tiraron de superioridad y pegada para imponerse 2-0 al Racing Villalbés en Oira. Y es que los locales mordieron con colmillos y los visitantes, cuando pudieron, con dientes de leche. El líder no se baja de ahí y mantiene su candidatura para lo máximo.
El duelo arrancó con las ganas de dominar del Ourense CF. La receta, la habitual. Laterales profundos e ideas claras. Eso sí, con un toque de imprecisión más del habitual, lo que le abría la puerta a los lucenses para crear peligro. Andrada despejó providencial un centro desde la derecha y Marqueta estuvo seguro en los saques de esquina. Pero como los ourensanos tienen más pegada, golpearon más duro. Balón a la banda izquierda, Alberto Gil se coloca para poner un centro con pierna derecha y, ese “caramelito” lo aprovecha Di Renzo, jugándose el físico, para marcar de cabeza el 1-0 en el minuto 24. El último en llegar está causando sensación.
Pudo dejar sentenciado el duelo el cuadro local cuatro minutos después, con una cabalgada de Andrada, cuyo disparo potente y raso se fue a una cuarta del palo del Racing Villalbés.
Los lucenses intentaron responder, cargando su juego sobre su banda derecha. Más aprovechando los errores de los ourensanos que generando fútbol por méritos propios. No supieron culminar ninguno de sus acercamientos en este tramo. Volvieron a la carga los locales, con un disparo desviado de Alberto Gil o un par de saques de esquina sin consecuencias. Sin tiempo para más en el primer acto.
Sentencia
En la reanudación no hubo que esperar para la sentencia. Llegó en el 48. Salida paciente del Ourense CF desde atrás y, de nuevo por la izquierda, la conexión Alberto Gil-Hugo Sanz terminó con asistencia (otra) del extremo y remate de primeras del lateral que se había filtrado dentro del área. Un 2-0 que, por sensaciones, parecía inalcanzable para los lucenses.
Escenario perfecto para los de Rubén Domínguez, que podían aumentar la renta si el Villalbés daba un paso adelante. Pudo Alberto Gil en el minuto 69, pero se le escapó largo el balón cuando encaraba a Santomé. También Di Renzo en el 75 tras un regalo de Hugo Sanz en forma de pase que el argentino mandó fuera cuando se cantaba el gol. Un Di Renzo que tiene que medirse. Vio una amarilla por entrar a destiempo a un rival que, en otros campos, puede convertirse en roja. Cuidado. Álex Gil también pudo hacer su gol, pero su disparo lejano se fue desviado por un palmo.
Al otro lado, los visitantes querían pero no podían. Solo las imprecisiones de los azules les permitían atacar con claridad. Una pérdida de Jerin en el 78 no la aprovechó Rares en un pase de la muerte.
En el tramo final, poco más que llevarse a la boca. El Ourense CF le puso el candado al partido y acabó por certificar otro triunfo más. Ganó el mejor equipo sobre el césped. Siguen de dulce los ourensanos, que se ponen con cuatro puntos de renta con el Pontevedra y el Zamora, que tienen que jugar sus partidos hoy. Un equipo que tiene argumentos y merecimientos para soñar a lo grande.
