El conjunto ourensano sufrió la segunda derrota consecutiva ante su afición la jornada del homenaje al histórico equipo de los '30 jugados, 30 ganados'

Pasión sin resurrección

Jona, exfutbolista del Ourense, ayer en la grada de O Couto.
La corbata del descenso aprieta, pero no ahoga, por el momento, pues el Ourense continúa con ventaja tanto sobre la promoción (tres puntos) como el descenso directo (tres).
El equipo ourensanista sigue en una relativa cómoda posición pero la procesión va por dentro y es que la semana de pasión no finalizó con la anhelada resurrección en lo que a resultados positivos se refiere.
El equipo respondió a medias, pues le faltó juego en la primera parte y acierto en la segunda, pero quien volvió a estar a la altura fue la afición. Ni mucho menos hubo la entrada del partido ante el Real Oviedo pero el público volvió a responder en una jornada que presagiaba tempestad y que culminó con una tormenta de lluvia y del sinsabor de una derrota que sitúa al Ourense oteando la zona conflictiva. La parroquia local también vivió su particular viacrucis. Animó al equipo, como es habitual, y se desesperó en cada una de las ocasiones erradas por el Ourense, pues el único gol que cantó fue el del ganador del concurso del lanzamiento desde el centro del campo. Y eso que la jornada se ponía en marcha con un buen puñado de la historia del Ourense sobre el césped de O Couto. Varios de los futbolistas que todavía mantienen vigente el récord de los '30 jugados, 30 ganados' de la temporada 1967-1968 recibieron el homenaje de toda la afición. Ya sólo falta que el equipo actual vuelva a ganar.

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