El Aguas de Sousas destrozó al Prat en el primer cuarto y firmó un gran partido, que le permite adelantarse en la final de la Liga LEB Plata

Un paso más cerca del ascenso

Martí, Webster, Koffi y Caven pelean por un rebote en la zona del Prat (Foto: Miguel Ángel)
El COB empieza mandando en la final del play off de ascenso a la LEB Oro. Lo hizo ganando con contundencia al Prat. Más rotundo de lo esperado, peligrosamente más sencillo de lo recomendable.
Los de Rafa Sanz resolvieron por la vía rápida. Firmaron un primer cuarto sensacional y no dieron opción a su rival en los siguientes. La primera mitad de los ourensanos fue intachable. En defensa y en ataque. Cuatro balones perdidos en la primera mitad de la final hablan de una concentración extraordinaria. Los porcentajes de acierto, de una lucidez y un trabajo colectivo impecables. El Prat nunca estuvo a la altura en los primeros 20 minutos. Se perdió en protestas en vez de subir su intensidad y nivel de agresividad y se vio superado por un ambiente en la grada sin precedentes en ningún partido de la temporada en toda la categoría.
Guillandeaux abrió la lata. Clavó 10 puntos casi consecutivos y destrozó a su pares. El COB estiró el marcador primero y rompió el partido sin preaviso. Un 24-2 demoledor que fue clave para el partido pero narcótico para la grada. La afición dejó de temer al rival y por la victoria. Se vio en la orilla con 30 minutos por jugar y disfrutó del espectáculo sin implicarse en él.
No bajó el listón de los locales con la herida abierta pero sí subió notablemente el de los visitantes. Todorovic, sin brillar, mostró el camino. El montenegrino valoró 10 en la primera mitad. El resto de su equipo, 8. Suficiente para evitar el descalabro pero no para aspirar al triunfo.

Susto controlado
La segunda mitad fue distinta. Perdió concentración el COB y ganó confianza el Prat. Dejó de estar solo Todorovic y se sumó el perímetro a la faena. Sin continuidad ni contundencia pero sí más que un COB demasiado fallón. La renta, siempre suculenta, fue menguando con el paso de los minutos. Estirada puntualmente pero ya sin la brusquedad del inicio. Lo mejor de los ourensanos fue la solvencia. Nunca perdió la brújula, no se dejó atenazar por los fantasmas de una remontada ya sufrida en citas anteriores. Si antes habían sido Hill, Miguel o Guillandeaux, en el tercer cuarto aparecieron Movilla y Vicens para apuntalar la renta conseguida. Ahí volvió a brillar el COB, en la colectividad. Todo sumaron. Unos brillaron más en ataque y otros en defensa. Unos encadenaron rachas brillantes, otros fueron más regulares.
Esta vez no hubo miedo. A siete se llegó a acercar el Prat pero no pasó de ahí. En su mejor momento se vio noqueado por un Pazo que hizo acto de presencia en tres defensas consecutivas clave y el COB no dio opción en cuatro minutos finales en los que volvió a ponerse el mono de trabajo para suplir su falta de acierto ofensivo.
Victoria incuestionable pero peligrosa de cara a la próxima cita. Invita a un optimismo que siempre es mal compañero de viaje. Mañana será otra historia y una victoria visitante cambiaría radicalmente el panorama de la serie.

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