Lo peor, las sensaciones

El COB acabó con la agonía de la pelea por evitar el descenso directo y lo hizo con una jornada de antelación. Cualquiera lo habría firmado antes de empezar la Liga y más aún en la sexta jornada cuando los ourensanos eran colistas sin conocer la victoria. Hoy el prisma es otro. Normal, congénito a la inconformidad humana. Positivo deportivamente.
El COB debe empezar a pensar cómo conseguir redondear la temporada ganando también el play out y garantizándose en la pista la continuidad en la Liga. Ahí está ahora el problema. El equipo parece haber perdido el brillo en los ojos y la fortaleza en las piernas. Llega a las citas clave con dudas en la cabeza y sin acierto en las muñecas. Nefastos síntomas cuando se penalizará tanto el error pero no mucho peores del que sea su rival. Sea el que sea.

Tienen dos semanas los de Rafa Sanz para rearmarse. Incluso para reinventarse y acabar de encajar a Gibbs en el puzzle. Otra cosa será como trabajar en el diván para combatir las dudas cuando lleguen los minutos malos.

Los play out son vibrantes y el COB debe aprender a disfrutar de ellos sufriendo. Así de complejo y la vez de apasionante.

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