Con un trabajo generoso y efectivo, logró su victoria más holgada de la temporada después de golear por 4-0 al Atlético Arnoia
La solidaridad y el sacrificio, unidos al acierto, fueron los pilares en los que el Vilariño construyó una resonante y laboriosa victoria por 4-0 sobre un Arnoia que luchó con sus armas, pero tuvo el punto de mira desviado.
Se le puso de cara muy pronto el partido al cuadro local. Una falta rápidamente ejecutada por Jorge Ramos dejó en posición franca a Mario que con un potente remate alojó el balón por la escuadra y puso el 1-0.
Al tanto encajado se le sumaba al Arnoia la lesión de rodilla de Pablo Otero y las posibilidades de poder empatar parecían muy lejanas, ya que Marcos Prada no pasó apuros.
Enri y Jorge Ramos eran los encargados de generar el fútbol del Vilariño para abastecer a los atacantes Mario y José Ramón. Sin embargo, en una acción aislada, nació el 2-0. Manolito se encontró con el rechace de un balón en la barrera visitante y, desde unos 20 metros, metió un misil que hizo inútil la estirada de Ángel, que observó como el balón le sacaba telarañas a su otra escuadra convirtiéndose en un golazo.
En la segunda parte, el Arnoia salió dispuesto a levantar la pesada losa que suponía remontar dos goles, pero encajó el tercero. José Ramón desbordó a su marcador y su centro desde la raya de fondo provocó un desconcierto del que sacó tajada Pedro.
Los visitantes arriesgaron para recortar, pero a la contra el Vilariño paladeaba la posibilidad de aumentar todavía más la ventaja. Mario estuvo cerca de repetir con una vaselina o Víctor, con toda la portería a su merced, envió el balón a las nubes.
Golazo de Gonzalo
Más tarde era Ángel que salvaba un mano a mano con Víctor. La defensa local con un Aarón imperial, alejaba todo el peligro que el Arnoia intentaba crear.
En el cierre del partido, un saque largo de Marcos Prada fue peinado por José Ramón y Gonzalo, sin pensárselo dos veces, sacó un latigazo para bajar el telón y establecer un categórico 4-0.
