El entrenador con experiencia NBA concluyó ayer otra edición más del decano de los clinics

Sam Vincent y el ‘Arte de la Defensa’

El técnico estadounidense Sam Vincent se dirige a los entrenadores durante una sesión del Clinic Diputación en el Paco Paz. (Foto: Pablo Araújo)
Terminó en el Paco Paz la vigésima edición del Clinic de la Diputación ‘Pepe Laso’ con dos conferencias más del técnico ex NBA Sam Vincent.El estadounidense concentró su esfuerzo en la defensa.

‘No valoren a Sam Vincent por lo que pueda enseñarles o no. Valoren su forma de explicar, su tempo para corregir en el momento apropiado y para dejar jugar’. Últimas palabras y resumen del maestro Pepe Laso durante la clausura del clinic que lleva su nombre. Y ninguna tiene más peso aquí que la suya.

Sam Vincent -sí, aquel base pequeñito que pasaba la bola a Jordan a finales de los ochentaconcluyó ayer un fin de semana monográfico sobre su filosofía de juego. Más bien una monografía sobre el ‘Arte de la Defensa’, que acaparó el 80 por ciento del tiempo de sus conferencias.

En la NBA lo tienen asumido: ‘No es posible parar a Lebron James, a Kobe Bryant, a Dwayne Wade... Intentar robarles el balón significa encajar una canasta. Son demasiado explosivos y atléticos para el resto’. Así que la táctica consiste en contenerlos. ‘En evitar que penetren y hagan daño, en que todo el equipo colabore en su defensa’. Este concepto básico, además de la defensa contra el bloqueo directo -cuando un atacante se opone al paso del defensor del hombre con balónempleada hasta la saciedad en la Liga NBA, fueron varios de los aspectos más repetidos durante el fin de semana.

Vincent fue muy correcto y res petuoso con los jugadores y técnicos presentes -más de 80 inscritosparco en anécdotas y dinámico en algunos momentos. Pocos conferenciantes se habían atrevido antes a disponer de dos partidillos de 10 minutos para desarrollar todo lo aprendido. ‘Se aprende y mejora jugando’, ‘Pepe Laso dixit’. Y se divierten.

Vincent se marchó, dijo, con un recuerdo imborrable de Ourense. Como quienes le vieron comer una ensalada con sal, pimienta y varios litros de aceite y vinagre. Dejó la mitad, claro.

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