El púgil ourensano, 13 veces campeón del Mundo de full contact, fue homenajeado por sorpresa en Barcelos

Simón González no pasa de moda en Portugal

El púgil ourensano Simón González, segundo por la derecha, tras ser homenajeado en la localidad portuguesa de Barcelos.
Carlos Conde, Manuel Míguez, Simón González... nombres que marcaron una época durante tres décadas y que convirtieron a Ourense en centro de atención de un deporte que no dejaba de generar noticias, el full contact.
Simón González llegó a ser 13 veces campeón del mundo. Vigo y Ourense fueron escenarios recurrentes en los que defendió sus títulos, además que vencer en la ya extinta Yugoslavia, Francia, Bélgica o Portugal.

En el país vecino fue un ídolo y ocho años después de su último reinado aún se le recuerda. 'La SportTV de Portugal retransmitía todos mis combates. Aquí los ponían en la TVG a las dos o tres de la mañana para que no los viese nadie y en Portugal los televisaban a las nueve de la noche', asegura el propio Simón González.

'Conseguí ganarle a los puntos allí a Paulo Nogueira y luego lo derroté aquí y desde entonces siempre me tuvieron un gran respeto y me seguían en cada combate que hacía', añade.

El pasado fin de semana fue invitado a Barcelos, cerca de Braga. 'Me dijeron si podía acudir a entregar unos trofeos para colaborar con una gala benéfica que organizaban para luchar contra el Sida', explica González. La historia que le contaron era sólo a medias: 'Llego allí, subo al escenario y me encuentro con todo el petate. Me querían hacer un homenaje después de tanto años sin pelear allí. Fue muy emocionante'.


AUTÓGRAFOS POR LA CALLE

Un detalle más que ratifica el legado que dejó el púgil ourensano en Portugal: 'Me conocen por la calle, me paran y me piden autógrafos después de tantos años'. Un reconocimiento que ya había tenía precedentes en una gala en Coimbra a la que había acudido para foguear a algunos púgiles que entrena en su escuela en Vigo.

González sigue ligado día a día a su pasión y siempre presumiendo de su origen: 'Llevo 20 años en Vigo pero soy de San Cibrao. Los deportes de contacto están de moda y haremos alguna velada en Ourense'. Aunque reconoce que 'ahora es difícil sacar chavales porque no tienen ese espíritu competitivo que había antes. En este deporte hace falta sacrificio y ganas de levantarte y en los tiempos que corren eso es muy importante'.

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