Moisés Pereiro cogió esta temporada las riendas de un Barbadás que cambió de pleno y que poco a poco intenta moldear a su imagen y semejanza
Toda una vida dedicada al fútbol. Tanto, que comenzó a darle patadas a una pelota cuando tenía cinco añitos. Treinta después decidió colgar las botas y ahora trata de mostrar todo lo que aprendió desde el banquillo del Barbadás.
Se trata de Moisés Pereiro Pérez (Ourense, 24-2-1980). Un chaval que muy pronto despuntó en las categorías inferiores del Pabellón y fue reclamado por todo un Barcelona cuando todavía era cadete. Allí pasó muchos temporadas y vivió sus mejores momentos. Pasó por todos los equipos del club, llegando hasta su equipo filial, donde estuvo cuatro temporadas y llegó a ser capitán. Además también tuvo la oportunidad de debutar con el primer equipo, algo que no se olvida. Compartió vestuario y vivencias con cientos de jugadores, entre ellos grandes figuras como Andrés Iniesta, Carlos Puyol o Víctor Valdes, entre otros muchos.
Pero la mala suerte en forma de lesiones se cebó con él. Rompió por dos veces los ligamentos y eso le truncó su futuro. Pese a que siguió jugando varias temporadas, sobre todo en Galicia, donde pasó por el Montañeros, Racing de Ferrol o el desaparecido Club Deportivo Ourense, acabó poniendo el punto y final en casa, defendiendo la camiseta del Barbadás, que ahora entrena.
Tras unos pinitos en equipos de base, recibió la llamada del equipo de Os Carrís y no lo dudo. "Me ofrecieron la oportunidad y lo tuve claro. Tuve que solucionar unos problemas laborales y una vez arreglados, comenzamos a trabajar".
Todo en una temporada que desde el primer momento se sabía que iba a ser muy complicada. "Todos los que conformamos el club lo teníamos muy claro desde el primer momento. Esta temporada el equipo cambio totalmente, llegaron muchos jugadores nuevos y muy jóvenes y eso tiene un peaje que tienes que pagar".
A mayores, el calendario no le ha sido muy favorable en este comienzo liguero. "Salvo el partido de Ribadumia, que sacamos adelante en nuestra casa y este pasado domingo en Areas, el resto de rivales no son equipos de nuestra liga".
Con todo, dieron la cara y cayeron por la mínima ante Boiro, Bergantiños o Compostela. "Es verdad que le plantamos cara, estuvimos en partido, pero al final acabamos perdiendo y en el mundo del fútbol, lo que cuenta son los resultados"
Razona el entrenador azulón que " el equipo ha crecido a nivel competitivo, pero hemos decrecido a nivel de confianza y anímicamente. Los resultados negativos frustran y obcecan al jugador".
Seguir en la misma línea
Moisés en una persona tranquila y esa forma de ser también le gusta transmitirla a sus jugadores. "Solo van siete jornadas, queda muchísimo. Tenemos que tener tranquilidad, mantener el grupo y tener fe en el trabajo que hacemos. Además, aún no estamos en descenso", recuerda el entrenador.
Y también tiene claro que morirá con su idea de fútbol, ese de toque que el 'mamó' en La Masía y con la que se siente totalmente identificado: "El equipo no esta preparado para hacer fútbol directo y estoy seguro de que si hacemos eso perderemos. Estoy convencido que con el fútbol que desarrollamos es la mejor manera de poder sacar los partidos adelante. Somos un grupo joven que tenemos que ir madurando y creciendo".
Aunque si pone un pero, el que todos vemos, la falta de gol. "Nos cuesta mucho generarlos y cuando lo hacemos no marcamos, pero eso es difícil de arreglar, solo nos queda tener paciencia", sentenció.
