Quien decía que el CD Velle estaba ya descendido, se equivocaba. Asi quedó demostrado durante los 90 minutos plenos de intensidad y también de acierto en el 3-1 de ayer ante el Valladares. La pegada de las grandes ocasiones volvió a relucir, como también lo hizo la garra y el coraje por luchar cada balón como si fuera el último.
La empresa no parecía nada fácil. Llegaba el Valladares en dinámica ganadora y candidato al ascenso. Dominó el partido, pero se encontró a un magnífico Valencia y a una sólida defensa que cuajaron una excepcional actuación. El inicio del encuentro, fue la tónica de todo lo demás. Dominio visitante en el que gozó con Heber y, sobre todo en un disparo a “quemaropa” de Dieguito, sus primeros avisos. La puntería sí estaría afilada en el bando contrario y un buen centro de Raúl Dinis al área desde la derecha lo cruzó de manera sutil Beni a la red para establecer el 1-0.
Pese a adelantarse, los roles seguían siendo los mismos y el Valladares volvía a generar mucho peligro, como si el tanto no le hubiese pasado factura. Heber desde la frontal, Coira de disparo cruzado y un salvador Valencia en otras dos grandes intervenciones a bocajarro, la última nuevamente a Heber, amagaron con el empate.
Según pasaban los minutos, el Velle se encontró mejor y a la defensa numantina de la que hizo gala se sumó la alegría por salir con rapidez, su auténtica denominación de origen. Brais Outeiriño de falta, Muíños con un centro peligroso y sobre todo Raúl Dinis en un trallazo al larguero desde la derecha, tuvieron la posibilidad de ampliar la ventaja antes del descanso.
En la reanudación, los de Anxo Válcarcel proponían más que el rival y pedirían pena máxima en unas supuestas manos rivales. Su empuje se vería cortado por un Valladares que se resistía a dejar escapar unos puntos valiosísimos. Avisaba Freiría a la salida de un córner y no perdonaba tras un centro por la derecha para igualar la contienda en el 50.
Pero poco les duró la alegría, porque solo 9 minutos más tarde una falta cometida en la media luna a Hugo Rodríguez la ejecutaba magistralmente Brais Outeiriño a la escuadra provocando el delirio entre la afición. Con el 2-1, la intensidad visitante creció y en un larguero de Andrés, un disparo de Tomás y un cabezazo de Víctor pudo empatar. Langa salvaría en uno de sus últimos cartuchos. Cuando parecía que la emoción irradiaría el desenlace, el Velle sentenciaba mostrando su pegada con un nuevo gol, esta vez de Raúl Dinis a pase de Izan en el 3-1 final. La victoria de la esperanza y del no rendirse.
