0-2

Victoria gris del Barcelona

El delantero brasileño del Rayo Vallecano Leo Baptistao (d) pelea un balón con el centrocampista del Barcelona Sergio Busquets
photo_camera El delantero brasileño del Rayo Vallecano Leo Baptistao (d) pelea un balón con el centrocampista del Barcelona Sergio Busquets

Con un fútbol un tanto errático, los blaugrana doblegan a un buen Rayo y mantienen el liderato en Primera División

El Barcelona, con goles de Leo Messi y Neymar Júnior, ganó en Vallecas (0-2) con un juego errático y poco convincente a un Rayo que disputó los últimos treinta minutos de partido con un hombre menos por la expulsión de Jorge Morcillo.

Después del tropiezo sufrido hace unos días en Liga de Campeones frente al PSG, el Barcelona llegó a Vallecas dispuesto a olvidar sus penas europeas y también a disipar esas primeras dudas que han surgido sobre el equipo blaugrana a raíz de los últimos encuentros.

La buena disposición táctica del Rayo, con la línea defensiva casi en el centro del campo, creó muchos problemas al Barcelona, que por momentos pareció estar atascado y sin ideas debido a la poca capacidad de Neymar y Munir para desbordar por sus bandas.

Con el paso de los minutos, el Barcelona se fue haciendo dueño del encuentro y fue cuestión de tiempo que tardara en aparecer Leo Messi. Primero con un remate a bocajarro que sacó Toño y segundo con una vaselina cruzada que el portero alicantino no pudo parar. Sin casi tiempo para asimilar el gol encajado, el Rayo sufrió un nuevo mazazo un minuto después, ésta vez por parte de Neymar, quien recibió un balón de Sergio Busquets en la frontal y disparó cruzado para batir a Toño.

Tras el descanso, Jémez introdujo a Aquino y a Manucho, y ya con un planteamiento más ofensivo apretó aún más al conjunto blaugrana. Los locales pudieron marcar a los 57 minutos con un potente disparo del brasileño Leo Baptistao que despejó el chileno Claudio Bravo. Esa sería la última ocasión clara de peligro del equipo madrileño, que a partir del minuto 60 jugó con un hombre menos por la expulsión de Jorge Morcillo.

Sin centrales sobre el césped, el elegido para retrasar su posición fue Raúl Baena, que cumplió con solvencia ante un Barcelona que ganó profundidad En los compases finales, el líder alcanzó el área rival constantemente por el desfonde del Rayo, y no amplió su ventaja porque Messi, en dos ocasiones muy claras, mandó el balón por encima del travesaño.

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