El líder de la ACB se tuvo que aplicar a fondo para conseguir la victoria ante el Cajasol
La juventud del Cajasol y su exuberancia física fue el principal arma que esgrimió su técnico, Aíto García Reneses, para construír una defensa que trató de ahogar el ataque del líder y, por momentos, consiguió su objetivo gracias a sus constantes cambios y a su total abnegación.
La entrada en el partido del capitán, Felipe Reyes, propició una notable mejoría defensiva en los blancos y el Cajasol no volvió a anotar en el primer cuarto, que finalizó con 19-11.
Aíto no concedió ni un segundo de tregua con constantes cambios que propiciaron un altísimo nivel de intensidad en un equipo que también enseñó sus virtudes en ataque en el segundo cuarto, con 4 de 6 en triples y un buen juego interior. El líder hizo un par de amagos de romper el partido, pero se fue al descanso con un 43-38.
Poco cambió el partido en el tercer acto. La calidad del Real Madrid, de la mano de Sergio Rodríguez, fue contrarrestada por el ímpetu de los sevillanos, por su fuerza y velocidad. El 'toque' de atención sirvió para que el Madrid retomara la defensa, para que Laso pusiera en liza a su mejores jugadores y los madrileños salvaran los muebles al término del tercer cuarto, 59-53.
Nikola Mirotic y Rudy Fernández tomaron el mando de las operaciones en los minutos de la verdad, bien secundados por Reyes y Llull. Aún así el Cajasol volvió a esgrimir sus razones, con un espectacular Kristaps Porzingis que contribuyó a que los sevillanos lucharon hasta el final. Finalmente, con sufrimiento y con algún que otro susto el Real Madrid ganó (81-75), con un Reyes inconmensurable en los instantes finales, y sigue invicto.
