Un aguerrido Albacete mantuvo su puerta a cero ante el Athletic de Bilbao en el partido de ida de los octavos de final de la Copa del Rey, en el Carlos Belmonte.
Los albaceteños ejercieron una presión asfixiante ante un conjunto vizcaíno que aunque no dominó el encuentro dispuso de la mejor ocasión en un disparo al poste de Iraola en el primer periodo.
Al igual que ante el Atlético de Madrid en la eliminatoria anterior, el Albacete supo agruparse para impedir que el rival, igualmente de la Primera división, pudiera hacer su fútbol.
Con todo, la pesadilla del Albacete, Muniain, le puso un nudo en la garganta a los aficionados cuando soltó un latigazo que se marchó ajustado al poste izquierdo de Campos (minuto 68).
Al igual que ante el Atlético de Madrid en la eliminatoria anterior, el Albacete supo agruparse para impedir que el rival, igualmente de la Primera división, pudiera hacer su fútbol.
Con todo, la pesadilla del Albacete, Muniain, le puso un nudo en la garganta a los aficionados cuando soltó un latigazo que se marchó ajustado al poste izquierdo de Campos (minuto 68).
