El joven ciclista belga, Frank Vandenbroucke, de 34 años, hallado muerto este lunes en Senegal, pasó su última noche con una chica senegalesa, quien ha declarado haber presenciado cómo el corredor se desmayó después de quejarse porque se sentía mal, según ha informado la televisión belga RTBF en su página web.
El joven ciclista de 24 años Fabio Polazzi, que acompañaba a Vandenbroucke durante su estancia en Senegal, ha explicado en exclusiva a la cadena que ambos llegaron al país africano el domingo por la tarde.
Después de cenar en un restaurante, donde compartieron algunas copas, Vandenbroucke le comentó a Polazzi que tenía una cita con una chica y se marchó, tras afirmar que volvería al día siguiente por la mañana.
Al no tener noticias suyas, Polazzi intentó contactar con su amigo en sus dos teléfonos móviles, sin éxito, hasta que la policía le llamó para comunicarle su muerte y le pidió que reconociera su ropa.
El cuerpo de Vandenbroucke se encontró ayer por la tarde en una habitación de la Casa azul, un establecimiento situado a tres kilómetros de su hotel, adonde había llegado de madrugada con la joven.
Esta declaró ayer a la policía, que ha abierto una investigación al respecto, haber presenciado cómo el corredor se desmayaba, después de quejarse porque se sentía mal.
Las circunstancias exactas de su muerte aún no están claras, a la espera de que se realice la autopsia, pero un primer examen médico apunta a que la causa de la muerte pudo ser una embolia pulmonar.
Mientras, el periódico flamenco De Morgen ha revelado en su edición digital que, junto a la cama del ciclista, se encontraron somníferos, insulina y ansiolíticos.
Vandenbroucke, profesional desde el año 1993, fue considerado, al inicio de su carrera, como una de las grandes promesas del ciclismo mundial.
Ganó 54 carreras, entre ellas el Lieja-Bastoña-Lieja en 1999 con tan sólo 24 años, un hito que rápidamente le reportó el calificativo de joven prodigio.
Sin embargo, pronto se vio envuelto en varios casos de dopaje, posteriormente confesados en su autobiografía, donde también relataba haber intentado suicidarse y haber consumido anfetaminas, valium y otros medicamentos.
Algunos diarios han comparado ya la muerte de Vandenbroucke con la de otro mito del ciclismo, el italiano Marco Pantani, que en 2004 fue encontrado sin vida en su habitación de hotel en Rimini, también con 34 años, víctima de una sobredosis de cocaína.
Después de cenar en un restaurante, donde compartieron algunas copas, Vandenbroucke le comentó a Polazzi que tenía una cita con una chica y se marchó, tras afirmar que volvería al día siguiente por la mañana.
Al no tener noticias suyas, Polazzi intentó contactar con su amigo en sus dos teléfonos móviles, sin éxito, hasta que la policía le llamó para comunicarle su muerte y le pidió que reconociera su ropa.
El cuerpo de Vandenbroucke se encontró ayer por la tarde en una habitación de la Casa azul, un establecimiento situado a tres kilómetros de su hotel, adonde había llegado de madrugada con la joven.
Esta declaró ayer a la policía, que ha abierto una investigación al respecto, haber presenciado cómo el corredor se desmayaba, después de quejarse porque se sentía mal.
Las circunstancias exactas de su muerte aún no están claras, a la espera de que se realice la autopsia, pero un primer examen médico apunta a que la causa de la muerte pudo ser una embolia pulmonar.
Mientras, el periódico flamenco De Morgen ha revelado en su edición digital que, junto a la cama del ciclista, se encontraron somníferos, insulina y ansiolíticos.
Vandenbroucke, profesional desde el año 1993, fue considerado, al inicio de su carrera, como una de las grandes promesas del ciclismo mundial.
Ganó 54 carreras, entre ellas el Lieja-Bastoña-Lieja en 1999 con tan sólo 24 años, un hito que rápidamente le reportó el calificativo de joven prodigio.
Sin embargo, pronto se vio envuelto en varios casos de dopaje, posteriormente confesados en su autobiografía, donde también relataba haber intentado suicidarse y haber consumido anfetaminas, valium y otros medicamentos.
Algunos diarios han comparado ya la muerte de Vandenbroucke con la de otro mito del ciclismo, el italiano Marco Pantani, que en 2004 fue encontrado sin vida en su habitación de hotel en Rimini, también con 34 años, víctima de una sobredosis de cocaína.
