La Décima se celebró en las calles

Centenares de aficionados del Madrid se echaron a las calles para disfrutar de la victoria en la final de la Champions , tras un partido lleno de tensión

Ourense se paralizó ayer a las 20.45 horas para disfrutar del duelo por el trono continental entre el Real Madrid y el Atlético. Durante unas horas, la ciudad se transformó en una prolongación del Estadio da Luz para acoger el partido más esperado de la campaña. Aficionados de ambos equipos ocuparon las sillas de cafeterías y bares de la ciudad durante los 90 minutos que desembocarían irremediablemente en la consecución de la décima Copa de Europa para los blancos o la primera para el cuadro colchonero, ansioso de alzarse con un trofeo que se les escapó en la fatídica final de 1974.

La tensión protagonizó la primera parte. De los lamentos madridistas por una excelente ocasión errada por Bale se pasó al júbilo atlético por el tanto de Godín. En esas llegó un descanso que fue aprovechado para recuperar fuerzas antes de afrontar una segunda mitad que se prometía intensa.

Y efectivamente, en cuanto arrancó la segunda parte el silencio se volvió a adueñar de las calles, sólo roto por quejidos, lamentos, nervios y la desesperación de una parroquia blanca que veía escaparse la ansiada Champions. Pero cuando los atléticos palpaban ya el título, apareció Ramos para forzar una prórroga en la que Bale, Marcelo y Cristiano terminaron de llevar al extásis al sector madridista de una ciudad que se teñiría de blanco hasta el amanecer.

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