El Deportivo ha pasado de ser cabeza de ratón en la Liga Adelante a cola de león en la Liga BBVA en un año 2012 que acaba en la última posición de la clasificación y en una delicada situación económica que le llevará, salvo que llegue a un acuerdo inminente con la Agencia Tributaria, al concurso de acreedores antes de 2013.
Los blanquiazules dominaron como nadie había hecho antes la categoría de plata del fútbol español, consiguieron el récord de puntuación (91 puntos), el mejor registro de triunfos (29) y su marca persona de victorias consecutivas (9), a la que pusieron fin en febrero.
La temporada se les hizo larga a los jugadores de José Luis Oltra, que certificaron en la penúltima jornada su regreso a la Liga BBVA solo un curso después de haber perdido la categoría.
Abandonaron el Deportivo jugadores que habían sido determinantes en el ascenso como el mexicano Andrés Guardado, el argentino Diego Colotto y el franco-tunecino Lassad Nouioui o el que aportó los últimos goles necesarios para lograr el objetivo, el balear Francisco Jiménez 'Xisco', que se había pasado la temporada con el olfato goleador congestionado.
El equipo coruñés se reforzó de la mano del agente portugués Jorge Mendes en su regreso a Primera, configuró la plantilla más lusófona de su historia, renovó al portero argentino Germán Lux, que ha acabado el año como titular, y empezó con fuerza la Liga con una victoria en Riazor ante el Atlético Osasuna (2-0).
Después empató 3-3 con el Valencia en Mestalla en un partido en el que llegó al descanso con un 3-1 en contra, el panorama parecía halagüeño para los blanquiazules, pero aquel fue el primer partido en el que dejó constancia de su grave problema: los goles en contra.
El Deportivo empató otros dos encuentros seguidos, ante el Getafe y el Granada, y ante el Sevilla perdió su imbatibilidad y comenzó a decaer en la Liga con goleadas como la del Bernabéu (5-1), otra derrota ante el Rayo Vallecano que le situó en puestos de descenso, y un nuevo traspié en Riazor ante el Barcelona (4-5).
El empate en el clásico con el Celta de Vigo (1-1) y la segunda victoria de la temporada ante el Mallorca (1-0) dieron oxígeno al Deportivo, pero la reacción no se concretó.
Los goles siguieron cayendo en partidos como el de Zaragoza, donde se llevó cinco, perdió ante el Levante, empató en San Mamés ante el Athletic de Bilbao, cayó ante el Betis, recibió la mayor goleada (6-0) en el Calderón, empató con el Valladolid y cerró el año con la novena derrota del curso, frente al Espanyol (2-0).
A pesar de lo mal que está el equipo, con solo doce puntos en diecisiete partidos y 39 goles en contra, el Deportivo se encuentra a tres puntos de la permanencia.
A la difícil situación deportiva se une la económica en un final de año negro en el que el embargo que decretó la Agencia Tributaria sobre la práctica totalidad de sus ingresos le ha abocado a solicitar el preconcurso de acreedores el pasado 8 de noviembre.
El presidente del Deportivo, Augusto César Lendoiro, ya ha anunciado que, salvo que llegue a un acuerdo con el fisco, el club se verá abocado en los próximos días, antes de que acabe el año, al concurso de acreedores.
La temporada se les hizo larga a los jugadores de José Luis Oltra, que certificaron en la penúltima jornada su regreso a la Liga BBVA solo un curso después de haber perdido la categoría.
Abandonaron el Deportivo jugadores que habían sido determinantes en el ascenso como el mexicano Andrés Guardado, el argentino Diego Colotto y el franco-tunecino Lassad Nouioui o el que aportó los últimos goles necesarios para lograr el objetivo, el balear Francisco Jiménez 'Xisco', que se había pasado la temporada con el olfato goleador congestionado.
El equipo coruñés se reforzó de la mano del agente portugués Jorge Mendes en su regreso a Primera, configuró la plantilla más lusófona de su historia, renovó al portero argentino Germán Lux, que ha acabado el año como titular, y empezó con fuerza la Liga con una victoria en Riazor ante el Atlético Osasuna (2-0).
Después empató 3-3 con el Valencia en Mestalla en un partido en el que llegó al descanso con un 3-1 en contra, el panorama parecía halagüeño para los blanquiazules, pero aquel fue el primer partido en el que dejó constancia de su grave problema: los goles en contra.
El Deportivo empató otros dos encuentros seguidos, ante el Getafe y el Granada, y ante el Sevilla perdió su imbatibilidad y comenzó a decaer en la Liga con goleadas como la del Bernabéu (5-1), otra derrota ante el Rayo Vallecano que le situó en puestos de descenso, y un nuevo traspié en Riazor ante el Barcelona (4-5).
El empate en el clásico con el Celta de Vigo (1-1) y la segunda victoria de la temporada ante el Mallorca (1-0) dieron oxígeno al Deportivo, pero la reacción no se concretó.
Los goles siguieron cayendo en partidos como el de Zaragoza, donde se llevó cinco, perdió ante el Levante, empató en San Mamés ante el Athletic de Bilbao, cayó ante el Betis, recibió la mayor goleada (6-0) en el Calderón, empató con el Valladolid y cerró el año con la novena derrota del curso, frente al Espanyol (2-0).
A pesar de lo mal que está el equipo, con solo doce puntos en diecisiete partidos y 39 goles en contra, el Deportivo se encuentra a tres puntos de la permanencia.
A la difícil situación deportiva se une la económica en un final de año negro en el que el embargo que decretó la Agencia Tributaria sobre la práctica totalidad de sus ingresos le ha abocado a solicitar el preconcurso de acreedores el pasado 8 de noviembre.
El presidente del Deportivo, Augusto César Lendoiro, ya ha anunciado que, salvo que llegue a un acuerdo con el fisco, el club se verá abocado en los próximos días, antes de que acabe el año, al concurso de acreedores.
