La demanda que se investiga la presentaron dos accionistas del Deportivo en el juzgado de guardia de A Coruña
El Deportivo se ha personado en la demanda que presentaron dos accionistas contra la gestión del anterior consejo de administración del club, el que presidía Augusto César Lendoiro, una vez que ésta ha sido admitida a trámite en un juzgado coruñés.
Los abogados del Deportivo han presentado un escrito en el Juzgado número 3 de A Coruña, que instruye la causa, en el que señalan que la Sociedad Anónima Deportiva "se persona" en el "procedimiento en calidad de perjudicado".
Según el texto, el Deportivo se reserva "todo tipo de acciones" y se plantea en el futuro la posibilidad de ejercer como "acusación particular" en función del "desarrollo de la instrucción".
Ahora, el Juzgado debe determinar si encuentra indicios suficientes para dar traslado de la causa a un juzgado penal.
La demanda que se investiga la presentaron dos accionistas del Deportivo en el juzgado de guardia de A Coruña contra el anterior Consejo de Administración del club por supuestos delitos societarios.
En el escrito figura la firma de Jorge Borrajo, auditor de cuentas de profesión, que la década pasada formó parte de la Plataforma por un Deportivo Transparente y Permanente.
Borrajo puso en conocimiento del juzgado una serie de irregularidades que presuntamente han detectado y que ellos consideran que podrían ser constitutivas de los ilícitos penales continuados descritos en los artículos 290, 291, 292 y 293 del Código Penal español.
La denuncia sostiene que las cuentas del Deportivo han sido presuntamente falseadas de manera continua al menos desde el ejercicio económico 2007-2008, con el objetivo de ocultar las enormes pérdidas que registraba la sociedad.
También afirma que los sucesivos artificios contables empleados perseguían aparentar una situación patrimonial y de solvencia, y apunta que el consejo de administración que presidió Augusto César Lendoiro hasta enero de este año elaboraba unos presupuestos imposibles de cumplir y ajenos por completo a su realidad económica.
Asegura, además, que esa táctica "permitía al presidente cobrar escandalosos emolumentos anuales por su trabajo", cantidades que iban en directa proporción con el presupuesto engañosamente elaborado, ya que Lendoiro percibía el uno por ciento del presupuesto del club.
