El infortunado futbolista del Livorno, de la Segunda división, cayó desplomado a la media hora de partido

El fútbol se cobra otra víctima, el italiano Morosini

Piermario Morosini es atendido en el terreno de juego nada más caer desplomado. (Foto: M. SCHIAZA)
El centrocampista italiano del Livorno Piermario Morosini, de 25 años, falleció después de desplomarse por una crisis cardiaca en pleno partido de la Segunda división (serie B) de la Liga de Italia. Según fuentes hospitalarias, el jugador falleció en el hospital civil Santo Spirito de la ciudad de Pescara (centro de Italia), adonde había sido trasladado en ambulancia.
El futbolista sufrió un repentino malestar en el minuto 31 del partido que disputaban el Pescara y el Livorno, cuando se encontraba lejos del balón y cayó al césped cerca del área de su equipo. Inmediatamente tuvo que ser socorrido por los servicios sanitarios presentes en el estadio Adriático de Pescara, que le practicaron un masaje cardiaco con un desfibrilador y posteriormente lo trasladaron en ambulancia al hospital en paro cardiaco.

Una vez en el servicio de urgencias del centro hospitalario de Pescara se le puso bajo coma farmacológico para aplicarle un estimulador externo, pero no pudo superar la crisis y falleció pocos minutos después. Toda la jornada quedó suspendida en Italia.

Morosini pasa a integrar una larga y fatídica lista de jugadores que han perdido la vida mientras disputaban un partido o entrenaban, una lista que contabilizando desde el año 1990 inició el lateral izquierdo del Sport de Recife (Brasil) Joao Pedro, de 23 años, que murió horas después de sufrir un infarto durante el partido contra el Estudiantes por el campeonato del estado de Pernambuco y que cerraba hasta ahora el paraguayo Guido Cantero, de 19 años, que falleció el 4 de marzo de 2010 durante un entrenamiento de su equipo, el General Caballero, de la Segunda división, en un campo a las afueras de Asunción.

Entremedias perdieron la vida dos futbolistas españoles, el sevillano Antonio Puerta, en 2007, dos días después de desvanecerse durante un partido contra el Espanyol, y el barcelonés Dani Jarque en 2009, mientras hablaba por telefóno desde la habitación de su hotel durante una concentranción de su equipo en la localidad italiana de Coverziano.

Especialmente llamativos fueron asimismo los casos de Gábor Zsiborázs, portero de la selección húngara, el 7 de septiembre de 1993, que murió en Budapest después de permanecer una semana en coma tras haber sufrido un derrame cerebral durante un partido de entrenamiento.

O el del camerunés del Manchester City Viven Foe, el 26 junio 2003, que se desplomó a consecuencia de un paro cardiaco en el minuto 72 del partido entre su selección y la de Colombia, de las semifinales de la Copa de las Confederaciones que se disputaba en Lyon (Francia).

O el del internacional húngaro del Benfica Miklos Feher, un 25 de enero de 2004, que murió en un hospital de Guimaraes de un tromboembolismo pulmonar sufrido durante un partido de Liga contra el Vitoria de Guimaraes.

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