El belga Philippe Gilbert le ganó el pulso a los hermanos Schleck para rematar la triple corona de las Árdenas con su victoria en la Lieja-Bastoña-Lieja, la última y la más antigua de las grandes clásicas de primavera, sobre 257,5 kilómetros salpicado con diez ascensos.
Gilbert invirtió casi seis horas y cuarto y refrendó su mágico momento de forma con la victoria cerca de su casa, en tanto Samuel Sánchez, décimo, fue el mejor español.
Se trata del cuarto triunfo consecutivo de Gilbert en las clásicas. Empezó con la Flecha Brabanzona y encadenó luego la Amstel Gold Race, la Flecha Valona y Lieja. Es también la octava clásica que gana el corredor belga, tantas como Hinault en toda su carrera, y seis de ellas en los últimos 18 meses.
El equipo de Gilbert, el Omega Pharma Lotto, y el Leopard de los hermanos Schleck se repartieron el trabajo al frente del pelotón. El Astana de Vinokourov, ganador en 2010, colocó a tres corredores en vanguardia, pero sin tirar.
A 21 kilómetros de la llegada, aprovechando un ascenso, atacaron los hermanos Schleck y se llevaron consigo a Gilbert y a Greg Van Avermaet. Segundos después, una avería mecánica le obligó a Vinokourov a cambiar de montura y perdió todas sus opciones de repetir triunfo. En tierra de nadie marchaban Igor Antón y Kolobnev.
Los hermanos luxemburgueses se relevaron con Gilbert en el cuarteto perseguidor, dejaron atrás a Avermaet y la carrera quedó abocada a un pulso entre el nuevo Superman belga y los Schleck.
LA HORA DE LA VERDAD
A seis kilómetros del final, Andy quedó ligeramente descolgado pero regresó en la bajada. El grupo perseguidor estaba a 41 segundos bajo la pancarta de último kilómetro y la victoria era ya cosa de tres.
Frank, a cola del trío, tomó la rueda de Gilbert pero el belga apretó a la salida de la última curva y venció con enorme autoridad.
Se trata del cuarto triunfo consecutivo de Gilbert en las clásicas. Empezó con la Flecha Brabanzona y encadenó luego la Amstel Gold Race, la Flecha Valona y Lieja. Es también la octava clásica que gana el corredor belga, tantas como Hinault en toda su carrera, y seis de ellas en los últimos 18 meses.
El equipo de Gilbert, el Omega Pharma Lotto, y el Leopard de los hermanos Schleck se repartieron el trabajo al frente del pelotón. El Astana de Vinokourov, ganador en 2010, colocó a tres corredores en vanguardia, pero sin tirar.
A 21 kilómetros de la llegada, aprovechando un ascenso, atacaron los hermanos Schleck y se llevaron consigo a Gilbert y a Greg Van Avermaet. Segundos después, una avería mecánica le obligó a Vinokourov a cambiar de montura y perdió todas sus opciones de repetir triunfo. En tierra de nadie marchaban Igor Antón y Kolobnev.
Los hermanos luxemburgueses se relevaron con Gilbert en el cuarteto perseguidor, dejaron atrás a Avermaet y la carrera quedó abocada a un pulso entre el nuevo Superman belga y los Schleck.
LA HORA DE LA VERDAD
A seis kilómetros del final, Andy quedó ligeramente descolgado pero regresó en la bajada. El grupo perseguidor estaba a 41 segundos bajo la pancarta de último kilómetro y la victoria era ya cosa de tres.
Frank, a cola del trío, tomó la rueda de Gilbert pero el belga apretó a la salida de la última curva y venció con enorme autoridad.
