El joven delantero celeste reconoce que se ha puesto el listón muy alto con los dos goles que marcó el sábado y que le dieron la permanencia al Celta

Iago Aspas, nuevo ídolo céltico: ‘Va a ser muy difícil superarse’

Iago Aspas, ayer, en Moaña. Foto: lydia miranda
Iago Aspas es el nuevo ídolo de la afición del Celta, ya que con sus dos goles al Alavés, el club vigués logró la permanencia en Segunda. ‘Va a ser muy difícil superarse’, dice el canterano, que no se ve como salvador.
—Un día después y ya en frío, supongo que comienza a ser consciente de su proeza.

—Ahora mismo sí. Estoy muy contento, ya no sólo por meter los dos goles sino por lo tres puntos que le dan la salvación al Celta.

—¿Cómo asimila uno lo que pasó el sábado en Balaídos?

—Todavía no lo tengo asimilado. Con el tiempo lo haré, porque estoy tremendamente ilusionado.

—A la conclusión del partido dijo que no quiere que se le recuerde como el salvador del Celta, pero resulta inevitable.

—Sí, es inevitable, pero no quiero que se me recuerde sólo por eso. Mis amigos me han dicho que he dejado el listón muy alto, porque igual juego otro partido y no marco o lo hago mal y se harán comparaciones. Creo que va a ser muy difícil superarse.

—¿Qué se le pasaba por la cabeza tras marcar los dos goles?

—Es difícil de difinir, porque estaba en caliente. No sabría expresar toda la alegría que sentía.

—En el banquillo se estaba mordiendo las uñas, pero cuando saltó al campo demostró una madurez impropia de un debutante.

—Yo soy una persona nerviosa de por sí, pero ya dije cuando supe que iba a ir convocado que iba a poner ganas al doscientos por cien y pienso que lo he hecho.

—Su familia rezuma celtismo por los cuatro costados. Supongo que la alegría es inmensa en Moaña.

—Están todos muy orgullosos y felices. No sólo por mí, sino también por todo el celtismo.

—Y es que a usted no se le puede negar que sienta los colores...

—Entré en el club cuando tenía sólo ocho años y esto era algo con lo que siempre soñé: jugar en Balaídos y con el campo lleno. A la afición le doy un diez. Si no llega a ser por ellos no hubiéramos conseguido los tres puntos.

—Debe tener el teléfono móvil saturado con tantos mensajes de felicitación. ¿Ya le ha llegado la enhorabuena de sus compañeros del Celta B?

—Sí, fue una alegría para todos. Yoel me vino a abrazar después del segundo gol. Él lleva en el Celta tantos años como yo.

—Y es que la cantera tuvo que llegar para salvar al Celta. Usted marcó dos goles, pero Dani Abalo también estuvo sensacional.

—Llevo trabajando con Dani cuatro o cinco años. Esta temporada yo lo he echado de menos en el Celta B y él también me echó de menos en el primer equipo. Teníamos una buena conexión en el campo.

—El primer gol así lo demuestra.

—No hace falta pedirle el balón. Él sabe que me la tiene que dar. Cuando vi el centro pensé ‘ésta es la mía’. Además, me la puso perfecta a la cabeza.

—¿Qué le ha dicho su hermano Jonathan?

—Me ha dado la enhorabuena y me ha dicho que siga trabajando como hasta ahora.

—Supongo que para usted sería un sueño compartir vestuario con él en el Celta.

—Sí, claro. Para mí y para toda mi familia. Ahora mismo, la verdad es que está muy complicado. Hace dos años ya fui convocado en un par de partidos de UEFA en los que estaba Jonathan y fue una alegría.

—Cuanto pitó el árbitro el final del partido, ¿quién fue la persona de la que primero se acordó?

—Mi madre.

—¿Y relacionada con el mundo del fútbol?

—De algunos compañeros y de Alejandro Menéndez. Ha sido el que me ha marcado en los últimos años.

—Su contrato marca que la próxima temporada será ya miembro de pleno derecho de la primera plantilla. ¿Ya le han comunicado algo al respecto?

—No, todavía no sé nada. Tengo contrato, pero aún no cuento con una plaza fija en el primer equipo. Tendré que lucharlo durante la pretemporada.

—Supongo que le estará eternamente agradecido a Eusebio. ¿Le dijo algo especial tras el partido?

—Simplemente me dio la enhorabuena y las gracias y yo se las devolví por hacerme debutar. No era fácil arriesgar conmigo.

—El técnico ha sido ratificado para la próxima temporada. En principio, que siga es un punto a su favor.

—Por supuesto. Ha mostrado confianza en mí y eso será bueno de cara al futuro.

—Tras el partido del sábado, sería un acto de justicia subirlo al primer equipo, ¿qué objetivo se marca de cara al año que viene?

—Primero, es tener unas de esas 25 fichas y ser jugador del Celta. Si esto ocurre, aportaré ganas. Lo que hice el sábado en el campo es una muestra de lo que puedo dar.

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