Iván Raña se sincera

photo_camera Iván Raña, trazando una curva en el Ironman de Hawai (BRUCE OMOR)

El triatleta gallego reconoció que "acabé" el Ironman de Hawai "por respeto a la prueba"

El gallego Iván Raña, campeón del mundo en 2002 y doble campeón de Europa ese año y considerado el 'padre' de los éxitos del triatlón español, quería resarcir el oro olímpico que se le escapó por poco con un triunfo en el Ironman de Hawai, la más famosa prueba de gran fondo deportivo.

Pero nadar 3,9 kilómetros, pedalear luego durante 180 y correr después un maratón (42,195) en los alrededores de Kona pueden dar lugar a desfallecimientos y Raña, de 35 años, que había sido sexto año pasado en su debut, se tuvo que conformar con ser decimoséptimo tras más de ocho horas y media, un puesto que logró sólo tras superar mentalmente las voces internas que le invitaban a retirarse durante el largo segmento ciclista.

"Fue una carrera de ritmo alto desde la salida. Mis sensaciones nadando no fueron demasiado buenas, perdí tiempo con el grupo en el que debería haber estado. En esos momentos no me preocupé mucho aún, porque en bici logré enlazar. Pero fue en bici fue cuando vi que no era el mejor día. No movía desarrollo. No aguantaba a la gente que me pasaba. Mentalmente, eso es un golpe duro, más aún cuando sabes que tu rendimiento es para estar adelante".



Resetear para aguantar

En los momentos de flaqueza que pasó en la prueba Raña reconoce que "hay que 'resetear' la cabeza. No dejarse llevar. Tu cabeza te manda parar, te pide la retirada. Te hundes moralmente. Pero acabé la bici y salí a correr, por respeto a la carrera y por saber que hay mucha gente que te ayuda en el día a día. Te deja mejor sensación acabar que irte a casa abatido. He analizado todo, intentando ser sincero conmigo mismo. Me encontraba dormido, sin chispa. Son sensaciones que reconozco muy bien. El descanso previo, el miedo a llegar cansado... en fin, de todo se aprende.

Y añade: "Nunca me exprimí tanto mentalmente durante una carrera. Eso puede ayudarte, es algo que te da experiencia. Puede servir para futuras ocasiones en las que te puedas ver hundido, para luego tener más fuerzas".

Una jornada normal de entrenamiento del triatleta gallego comienza "a las ocho y media de la mañana salgo en bici. Normalmente hago una media de entre 100 y 110 kilómetros, aunque hay días que llego a los 170 o 200. Llego a casa, como rápido y me echo una siesta de una hora. Estoy dos horas en casa. Y a las cuatro de la tarde empiezo a nadar".

En los planes de futuro de Raña, "lo primero de todo será desconectar unos días, realmente lo necesito. No muchos, porque quiero diseñar los meses que vienen y valorar cuál será la próxima prueba".

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