Juegos Olímpicos de Tokyo 2020

Tokyo 2020 | Iván Villar: Cuando el trabajo silencioso habla en plata

photo_camera Iván Villar se colgó la medalla de plata en el torneo de fútbol.
Iván Villar se colgó la medalla de plata en el torneo de fútbol.

Es imposible saber cuántas veces se imaginó Iván Villar como deportista olímpico. En primer lugar porque, a diferencia del resto de las disciplinas, los cinco aros no son el cielo del fútbol. Pero, con más peso que eso, con las convocatorias de Luis de la Fuente en la mano parecía más que improbable. De hecho, el cangués acabó entrando por la lesión de Álex Domínguez y, sobre todo, por la ampliación a 22 de la lista de 18 habitual. Y terminó por coronar la experiencia con una medalla de plata que se pudo colgar gracias a su convocatoria para sentarse en el banquillo en las semifinales contra Japón.

Es un premio a su temporada. Y, por extensión, a su trabajo. Siempre tranquilo. Siempre callado. A Villar le ha gustado expresarse con su fútbol desde que era pequeño en el Rápido de Bahía y en el ilustre Sagrada Familia de Aldán, donde también se forjó Teresa Portela. Como cualquier niño, no buscaba nada. Solo disfrutaba. Así hasta que el Celta llamó a su puerta tras un torneo de verano. Solo era alevín. Fue el punto de partida de una trayectoria de crecimiento en Vigo que acaba de coronar con la plata olímpica.

Una evolución marcada siempre por la regularidad. Sin explosiones. Iván quemó etapas poco a poco en las categorías inferiores del club céltico hasta mostrarse diferencial en el Celta B. Luego, una infructuosa cesión al Levante y una oportunidad aprovechada el curso pasado con las lesiones de Rubén Blanco. La paradoja de todos estos éxitos está a punto de darse. El mosense se ha recuperado y el club ha firmado a Dituro. Ambos le llevan a Villar un mes de ventaja en la preparación por lo que, al menos de salida, su papel será el de tercer portero. Eso si es que todas las partes no llegan a la conclusión de que lo mejor para que su carrera no se frene es una cesión. Solo tiene 24 años. Casi un bebé para ser portero. Lo que venga vendrá, pero su participación y su plata olímpica ya son para siempre. 

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