SUEÑOS DE OLIMPIA

Japón, covid, la ruina y el espíritu del "Bushido"

photo_camera La ceremonia inaugural de la cita olímpica desarrollada en Tokio en el año 1964. La capital nipona acoge ahora sus segundos Juegos de verano.
Creado por los señores "Samuráis" durante el salvaje Japón feudal y estimulado en su faceta más radical desde 1940 por Hideki Tojo, el ambicioso y cruel primer ministro.

En agosto de 1945, el presidente de los Estados Unidos, Harry Truman, valoraba con su gabinete cómo invadir el Japón y sentenciar la terrible II Guerra Mundial. El enemigo estaba acorralado, pero su feroz resistencia en las batallas previas en las islas del Pacífico hacían temer, según cálculos del servicio secreto, no menos de medio millón de muertos aliados y el doble de nipones. Un coste inasumible para terminar la contienda.

Sólo en la pequeña Okinawa, 12.500 aliados y 250.000 japoneses y civiles había muerto en combate o suicidios masivos. 1.600 pilotos "kamikazes" (los "tokkotai") habían hundido 36 embarcaciones americanas, lanzándose contra ellas. Morían matando.

Los aliados se enfrentaban a un enemigo diferente. El soldado japonés estaba impregnado del "Bushido", un código ético centenario, mezcla de Budismo, Sintoísmo, Confucionismo y Zen. Creado por los señores "Samuráis" durante el salvaje Japón feudal y estimulado en su faceta más radical desde 1940 por Hideki Tojo, el ambicioso y cruel primer ministro.

Fidelidad absoluta

Bajo esta doctrina, el soldado japonés debía fidelidad absoluta a su país y al Emperador. No temía a la muerte, si ésta se producía con honor, en el campo de batalla.

El deshonor no era la derrota, sino mantenerse con vida tras la derrota. Como "alivio" existía el "seppuk" (harakiri) un espeluznante suicidio asistido. Por ello, los japoneses despreciaban, humillaban y torturaban a los prisioneros de guerra. Los consideraban seres inferiores, al rendirse con vida. Las barbaridades cometidas por el ejército del Sol Naciente en los terrenos conquistados -China y Pacífico- igualan e incluso superan a los Nazis en Europa.

Quizá por esta situación -siempre habrá controversia entre los historiadores - el presidente Truman decidió lanzar las dos temibles bombas atómicas y "evitar" peores consecuencias.

Pasaron años, décadas. Hoy Japón y Estados Unidos son amigos y aliados. Pasarán siglos, pero el espíritu del "Bushido" pervive muy impregnado en la cultura japonesa. Se reveló durante el desastre de la central nuclear de Fukushima.

Al igual que sucedió en Chernobyl con los desgraciados 'liquidadores', en la central asiática un grupo de 800 trabajadores se encargó de adentrarse y exponerse a una intensa radiación para evitar el colapso de la instalación.

Fue en 2011. Un equipo de Televisión Española realizó una encuesta a pie de calle para conocer la opinión de sus compatriotas. "Tenemos una deuda de por vida con estos valientes", dice una persona. "Cumplieron con su obligación. Era su deber", responde otra. Sacrificio, honor, lealtad hasta la muerte. El espíritu del "Bushido".

Sólo bajo esta filosofía se entiende el compromiso del Comité Olímpico Japonés y de gran parte de la población con el desarrollo de estos XXXII Juegos de verano. Pese a la amenaza del covid-19, pese a la evidente ruina que supondrá para su economía, el Imperio del Sol Naciente, la nación elegida por los dioses, los llevará a cabo. Era una cuestión de honor y orgullo.

Inversión millonaria

Las cifras asustarían a Nadia Calviño. La inversión inicial se cuadruplicó mucho antes del 2020. Este año de retraso supondrá 15.400 millones de dólares más. Una minucia en comparación a una hipotética cancelación, que según palabras del presidente del COI, Thomas Bach, supondrían "41.500 millones de pérdidas".

Todo ello provocado por un virus surgido y expandido -hasta que se demuestra lo contrario- en la vecina China. Dictadura capital-comunista, a la que nadie se atreve a pedir explicaciones o sancionar. Muchos deportistas podrán achacar su éxito, fracaso o ausencia en esta cita a los laboratorios militares de esta potencia mundial.

Siguiendo con dictaduras, no estará otra de la que nada se sabe, Corea del Norte. Sí acudirá Rusia, bajo la denominación "ROC" sancionada por su dopaje de estado.

¿Triste panorama? Por unas semanas cerremos los ojos a este mundo y soñemos con las proezas de los mejores atletas del planeta. Por unos días, ignoremos la peor cara del ser humano y admiremos la más maravillosa. La belleza y la perfección del cuerpo en movimiento tras horas de preparación.
Soñemos allí donde "nace el sol".


A TENER EN CUENTA


Segunda ocasión
Estos Juegos suponen la segunda ocasión que Japón organiza el evento olímpico, tras la edición de 1964. Tokio renunció a la de 1940, involucrada en la II Guerra Mundial

Dos, en invierno
El país asiático organizó otras dos ediciones de los Juegos de Invierno: Sapporo 1972 y Nagano 1998. 

Gustos nipones
Aunque el judo, creado por Jigoro Kano en el siglo XIX, es el deporte nacional y asignatura en el sistema educativo, los japoneses son verdaderos apasionados del béisbol, fútbol, rugby, tenis y, curiosamente, del "skate" o monopatín, que 

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