Seguidores de los cinco olímpicos rivalizaron en cánticos, pancartas y camisetas

Los Juegos de la hinchada

La larga espera a los laureados olímpicos gallegos se vivió casi como una competición entre los seguidores de unos y otros deportistas, que rivalizaron en cánticos, pancartas de apoyo y vestimentas elegidas para la ocasión, en su mayor parte en forma de camiseta.
Uno de los grupos más multitudinarios fue el llegado desde Cangas, en concreto del club Ría de Aldán, que centró su atención en los piragüistas de O Morrazo David Cal y Teresa Portela.
'Teri, David, Aldán está aquí' o 'En Aldán, con mejillones, creamos los campeones' gritaban los numerosos aficionados llegados desde Cangas, entre los que se encontraban los padres de Cal, familiares de Portela y el alcalde la localidad, José Enrique Sotelo. 'Enhorabuena, campeones' se leía también en una gran pancarta, ilustrada con fotografías de los dos olímpicos, y que portaban seguidores que vestían camisetas con el lema 'David Cal, o máis grande'.
Otro grupo también numeroso era el formado por niños y mayores del Club Triatlón Ferrol, que llegaron a Vigo en autobús y en coches particulares, hasta un total de sesenta personas. Provistos de altavoces y otros artilugios sonoros, coreaban 'Él es de Ferrol, de Ferrol, de Ferrol', 'Javi Gómez Noya, eres una joya' o 'este Javi sí que mola, se merece una ola, otra ola, un tsunami'. Y en sus pancartas, lemas como 'Javi, made in Galicia'.
La familia y los seguidores de Begoña Fernández tampoco se quedaron atrás. 'Grande 18 guerrera, te lo mereces', rezaba una de sus pancartas. 'A Begoña. Te quiero, madrina', escribió su sobrina en una cartulina.
La 'Echegolden', pancarta dedicada al oro de la ourensana Támara Echegoyen, brilló como la medalla que su propietaria llevaba colgada al cuello.
Varios políticos hicieron acto de presencia en el aeropuerto de Peinador, entre ellos, además del alcalde de Cangas, el regidor de Pontevedra, Miguel Anxo Fernández Lores; y el secretario xeral para o Deporte de la Xunta, José Ramón Lete.
El recibimiento también tuvo su parte negativa. La falta de previsión provocó un pequeño caos en el que se vieron inmersos aficionados, deportistas, medios de comunicación y fuerzas de seguridad, que detuvieron sin aparente motivo a un redactor gráfico de un diario pontevedrés.

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