McLaren pierde los puntos y 100 millones, pero sus pilotos se salvan

La FIA ha sancionado a la escudería McLaren por espionaje con una multa de 100 millones de euros y la pérdida de todos los puntos del Mundial de constructores. Alonso y Hamilton, sin sanción.

La Federación Internacional de Automovilismo ha dacidido, tras más de 9 horas de reunión en su sede de París, multar a la escudería McLaren con la pérdida de todos los puntos del Mundial de Constructores y la obligación de pagar una multa de 100 millones de euros.

Ni Fernando Alonso ni Lewis Hamilton han sido sancionados, por lo que mantienen sus puntos en el Mundial de Pilotos y podrán seguir disputando lo que resta de mundial al volante de los monoplazas de McLaren.

Tras escuchar a todas las partes implicadas, el Consejo de la Federación Internacional del Automóvil (FIA) ha dictado sentencia sobre la sanción a la escudería McLaren por el supuesto caso de espionaje a Ferrari. Una sentencia cuya dureza no conoce precedentes en la Fórmula 1. El líder del Mundial de Fórmula Uno y compañero de escudería de Fernando Alonso, Lewis Hamilton, acudió esta mañana en la sede de la FIA. No se le esperaba, pero el piloto británico acudió para mostrar su apoyo al equipo, como así manifestó a su entrada en la sede de la FIA.

A su salida, Hamilton dedicó a las cámaras una de sus mejores sonrisas pero no realizó ninguna declaración. Casi a la carrera, se dirigió al jet privado en el que poco después aterrizó en el cicuito de Spa-Francorchamps, de donde no se ha movido Fernando Alonso. El campeón del mundo ya explicó días atrás a la FIA hasta qué punto conocía la supuesta trama.

Además de acudir con dos de sus pilotos, Lewis Hamilton y Pedro Martínez de la Rosa, McLaren ha estado representada en París por el patrón de la escudería, Ron Dennis; el director de competición de Mercedes, Norbert Haug; el mayor accionista de McLaren, Mansour Ojjeh, y el director de operaciones, Jonathan Neale. Por parte de Ferrari asistieron, entre otros, el director deportivo, Jean Todt, y el ingeniero Ross Brawn, que está disfrutando de un año sabático y que trabajó estrechamente con Nigel Stepney, el hombre que sustrajo el informe de 780 folios para entregarlo más tarde al jefe de diseño de McLaren, Mike Coughlan.

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