NATACIÓN SINCRONIZADA

Ona Carbonell: "Mi techo está muy lejos"

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photo_camera Ona Carbonell.

La clasificación en dúo -junto a Gemma Mengual- y en equipo son los objetivos que perseguirá a lo largo de la semana la nadadora catalana, convencida de poder agregar nuevas preseas a su historial olímpico

La capitana del equipo español de natación sincronizada, Ona Carbonell, volverá a sentir este miércoles en Río de Janeiro respeto por la competición y las rivales cuando avance desde la cámara de salida hasta la piscina donde se jugará su presencia en la cita olímpica del próximo verano.

La clasificación en dúo -junto a Gemma Mengual- y en equipo son los objetivos que perseguirá a lo largo de la semana la nadadora catalana, convencida de poder agregar nuevas preseas a su historial olímpico tras la plata y el bronce logrados en Londres 2012, según reveló en una entrevista.

P: Gemma Mengual y usted han trabajado contra reloj en los últimos meses. ¿Están preparadas para merecer una plaza en Río 2016?

Respuesta: Estamos haciendo un gran trabajo y, además, está siendo muy ágil. Eso es importante porque nosotras tenemos ocho meses para hacer lo que nuestras rivales en tres o cuatro años. Por eso es importante que el trabajo sea fácil. Gemma y yo nos compenetramos mucho dentro y fuera del agua.

P: Por la diferencia de edad entre ustedes, ¿pueden ser consideradas maestra y alumna?

R: Yo tengo 25 años y Gemma 38, casi 39. Me he sentido su alumna, porque en el solo me ha ayudado como entrenadora. Ahora me siento compañera y a veces también le enseño cosas porque la sincronizada ha evolucionado en los últimos años y hay elementos nuevos que ella no conocía. Nos alimentamos muchísimo la una a la otra.

P: ¿Le ha resultado sencillo llenar el vacío que dejó Andrea Fuentes tras su retirada?

R: Me gustan los retos y, cuanto más difíciles, más me motivan. No es fácil ser la capitana porque es mucha responsabilidad, pero he ido entendiendo poco a poco mi papel. Tengo que saber gestionar el grupo y estar pendiente de la gente más inexperta aunque también intento aprender de mis compañeras. Hay jóvenes con muchísimo talento de las que también puedo aprender.

P: ¿El éxito compensa el sufrimiento?

R: Hay muchos baches en el camino, momentos en lo que te dices 'tiro la toalla, no puedo más', pero siempre he tenido muy claro lo que quería y el camino para conseguirlo.

Nunca podría haber imaginado que iba a llegar adonde he llegado, como tampoco sé lo que me espera ahora. Sí sé que tengo una cabeza privilegiada, soy trabajadora, lucho muchísimo y tengo un entorno familiar y de amigos muy favorable para que siga tocando de pies al suelo, para que luche cada día por conseguir mi objetivo.

La mente es casi tan importante como el cuerpo y esta cabeza es la que me ha llevado a estar aquí. Creo que he encontrado mi camino y mi pasión y cuando lo encuentras no hay excusa que valga ni nada que te distraiga de tu objetivo. Siempre lo he tenido muy claro y he ido a por ello al cien por cien.

P: Con un palmarés como el suyo, ¿cómo consigue mantener la motivación ante nuevos desafíos?

R: Mi techo está muy lejos, la perfección no existe y creo que todavía tengo mucho por hacer. Cuando ganas siete medallas en un Mundial, ya no quieres otras siete medallas sino que las siete sean de oro. A mí lo que me llena es seguir aprendiendo y mejorando. Siempre se puede aprender, mejorar y llegar más lejos.

P: Ana Montero, la seleccionadora, dice que lo que le diferencia del resto es que usted se pica hasta con su sombra.

R: Soy una persona muy tranquila fuera del agua pero cuando me pongo el chip de competición y me tiro al agua me sale todo este carácter competitivo, esta rivalidad, este querer más, más, más.

A veces soy bastante perfeccionista y a veces me exijo demasiado a mí misma. Nada es suficiente. Eso tampoco es bueno porque cuando las cosas salen bien hay que disfrutarlo. Y a veces no lo disfruto.

P: ¿No disfruta de lo está consiguiendo?

R: Estoy disfrutando, pero el deporte nunca para. Acabas de ganar una plata y un bronce en Londres y al cabo de unos meses te espera el Mundial. Si ganas siete medallas en el Mundial, no hay mucho tiempo de disfrutarlo porque enseguida tienes otra competición.

Sí disfruto los detalles del día a día, la convivencia, el aprendizaje, el compañerismo, el trabajo en equipo. Todo pasa tan rápido, todo el mundo trabaja tanto, todo el mundo quiere ganar tanto, que no hay tiempo para disfrutarlo mucho.

P: ¿Le sigue doliendo su ausencia en Pekín?

R: Ahí sí que estuve a punto de tirar la toalla. Me desviví por ir, por estar al nivel, competí todo el año con el equipo y finalmente, justo antes de la competición, me enviaron al Mundial júnior. Para mí fue algo muy difícil, lo pasé muy mal y fue difícil volver a disfrutar, a engancharme, a tener ganas de más porque lo pasé muy mal. Londres fue sacarme aquella espina que tenía.

Saber perder también te hace después ganar. Fue una etapa de mi vida deportiva muy dura pero le saco conclusiones positivas.

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