La selección española de piragüismo cerró el Mundial con el título del relevo K-1 y el subcampeonato del K-2 200

Oro y plata, para terminar

Los españoles Saúl Craviotto y Carlos Pérez, primeros por la izquierda. (Foto: A. Cierszko)
La selección española de piragüismo ha concluido el Mundial 2010 de Poznan con tres medallas, al sumar un oro el relevo masculino de K-1, integrado por Craviotto, Llera, Andrés y Rial, y una plata de Craviotto y Rial en K-2 200, que se suma al también subcampeonato de Bouza en K-1 5.000.
Los vigentes campeones olímpicos de K-2 500, Saúl Craviotto y Carlos Pérez Rial, se han echado a la espalda el peso de la selección española para encauzar una actuación que adolecía de la falta de la contundencia que proporcionan las medallas. Fueron plata en K-2 200, la nueva prueba olímpica, y se sumaron a Fran Llera y Pablo Andrés para revalidar la medalla de oro en el relevo de K-1 200.

La delegación española, que aspiraba a repetir las cuatro medallas obtenidas en el último Campeonato del Mundo, ha rozado el podio en otras dos pruebas, especialmente significativas por su carácter olímpico y por el potencial español en ambas, el C-1 1.000 de David Cal y el K-4 500 de Manchón, Smidakova, Molanes y Portela.

Absolutos dominadores, intratables en los cuatro relevos, tanto en la final como en la eliminatoria, se han mostrado el catalán Saúl Craviotto, el gallego Carlos Pérez Rial, el asturiano Fran Llera y el castellano leonés Pablo Andrés para colgarse la medalla de oro sin concesión alguna.

En 200 metros, los campeones olímpicos Craviotto y Rial, tuvieron una milimétrica llegada con el K-2 francés que precisó la consulta de la foto de llegada, después de que el marcador del lago Malta les hubiese dado como campeones del mundo, aunque fueron segundos en una regata sin titubeos, siempre comandando la misma.

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