Aunque en la liga de los tres puntos un empate, y en casa, sabe a muy poco, el Ourense B logró estrenar su casillero ante el Pontevedra B (1-1).
A la sexta fue la vencida. El Ourense estrenó su casillero de puntos con un empate (1-1) con sabor agridulce ante el Pontevedra B en un partido en el que pese a no ser bronco concluyó con 11 tarjetas, y con dos expulsados, uno por bando.
Golpeó primero el filial ourensano. A los tres minutos Meji conectó una sensacional volea desde la frontal del área que se convirtió en el 1-0. Contestó pronto el Pontevedra B con una acción en la que Marcelo rompió el fuera de juego aunque el meta ourensano Roberto desbarató el mano a mano.
A pesar de esa acción dominaba el equipo de Francisco Romero. Lo intentaron desde lejos con sendos remates con intención Bruno primero, y Cristian después, pero sin suerte. A los 17 minutos llegaría la expulsión de Nacho por golpear con la mano en el rostro de Ross. Aún así las mejores ocasiones continuaron siendo locales. En el minuto 22 Marcos Sotelo ejecutó una falta a la que el meta Saavedra respondió con un paradón.
La suerte se alió con el equipo visitante poco antes del descanso. Fran Castaño centró casi desde la línea de banda y el balón, ayudado por el fuerte aire, se marchó directo a la escuadra de un Roberto que nada pudo hacer. Minuto 39. Era el 1-1.
En la segunda mitad, y ya con igualdad de jugadores sobre el terreno de juego, el Pontevedra B ejerció mayor dominio, aunque en ataque no aportó nada.
Las dos mejores oportunidades de la continuación, cómo no, fueron locales. En el minuto 54 una entrada de Sanginés por la banda derecha no pudo ser rematada en boca de gol por Bruno. Ocho minutos después Lamine no pudo conectar un remate a centro de Alfredo.
