El penalti que fractura al fútbol

Andrea Agnelli, presidente del Juventus, pidió que cuanto antes se implante el uso de la tecnología en la Liga de Campeones después de que Cristiano Ronaldo le diera un abrazo a Buffon en el túnel de vestuarios. De nada sirve explicar qué pasó en el Bernabeu en el minuto 93:12 en el bochorno del Real Madrid y la reacción impetuosa de Juventus, que demostró el gen italiano. Un ADN inconformista.

Mehdi Benatia explicó:"Giro alrededor de Lucas Vázquez para no tocarlo, él busca caerse, es lo único que podía hacer. Un penalti así es absurdo. No le he tocado, he tocado el balón". Y Lucas Vázquez reprochó: "Es un balón a Cristiano, que me lo pone a mí. No hay discusión. Es penalti. Es normal que ellos protesten. Es en el último minuto y ves normal que protesten hasta el final".

Con esta división de opiniones se fragmenta el mundo del fútbol. Los detractores atacan a la picaresca del árbitro y de Lucas Vázquez, los que afirman que fue penalti justifican que fue por el escenario y la fuerza cinética del defensor italiano. 

Mikel Oliver, de 33 años, tardó unos segundos en pitar penalti. Todas las miradas y críticas se centran en él, mientras que ningún análisis hace hincapié en la decisión del juez de línea que es el que ve de cerca la acción. Dicho árbitro, no puede pitar penalti. Su trabajo es asesorar y aconsejar sobre las acciones del área. ¿Qué le dijo el juez de línea a Mikel Oliver? Nadie sabe si fue un "es penalti" o un "no vi nada". 

Ni todos los vares del mundo podrían decidir si es penalti o no. Una acción que define la presente Champions League y las próximas. Ni los árbitros después de mil repeticiones se ponen de acuerdo. Desde la falla balompédica nadie quiere ponerse en medio para dialogar. Todo son extremos y ninguno se pone en el lugar del otro. Cada uno en su ombligo. Y si el penalti, ¿fuera a favor de la Juve? Pues lo mismo, más polémica y la misma fractura.