El exseleccionador español dejó a un pabellón madrileño boquiabierto al verlo de nuevo de entrenador. La dedicación del árbitro, Roberto Calero, hizo posible esta imagen.
Roberto Calero se levantó un sábado por la mañana, uno más entre los treinta años que lleva dedicados al arbitraje, para pitar un partido entre colegiales del Ayuntamiento de Madrid.
Una de las entrenadoras no puede acudir al pabellón como consecuencia de una enfermedad, por lo que quedan automáticamente apeadas de la victoria, como marca el reglamento. Con todo, Calero pide que se dispute el partido entre el Pumas Chamartín y el Dinámica.
Al comienzo del encuentro, uno de los jóvenes del Dinámica comenzó entrenando a las chicas pero otro compromiso deportivo le obligó ausentarse. Ahí es donde se produjo la sorpresa que motivó esta publicación del colegiado en Facebook.
Pepu Hérnandez, el seleccionador que hizo campeona del mundo a España, baja a la pista para volver a enfundarse el traje de entrenador. Dos de sus hijas, jugadoras del Dinámica, necesitaron a su padre para no quedarse sin técnico. El público, boquiabierto, fue testigo de excepción del regreso de Pepu a los banquillos. Y gracias a la voluntad de Roberto Calero, las chicas no lo olvidarán.
