El Barcelona asume la humillación de Múnich pensando en el partido de vuelta y en lograr cuanto antes el título de Liga

La quimera de la remontada

A poco de cantar el alirón en Liga en las próximas semanas, si una hecatombe no lo impide, el Barcelona ha caído de sopetón en una depresión que le ha conducido no sólo a no contemplar la opción de remontar el 4-0 que le endosó el Bayern de Múnich, sino ni siquiera a evocar a la épica.
Ha sentado muy mal en el ánimo de los culés el 'repaso' que ellos mismos admiten que sufrieron anoche en Múnich, donde el actual campeón de la Bundesliga anuló cualquier calidad futbolística que ha llevado estos últimos años al Barça a ser admirado, respetado y difícilmente copiado.

Fue una noche aciaga con cuatro goles en contra, aunque con la duda de que el árbitro pudo haber anulado alguno de ellos por manifiesta irregularidad, un hecho que en el Barça ni se ha contemplado como queja, después de la superioridad de su rival y de la incapacidad de los suyos, nulos en ataque, en construcción y en dominio del juego.

La épica para darle la vuelta al resultado, como así se evocó en octavos de final de la Liga de Campeones contra el Milan tras un desastroso partido de ida en Italia, no aparece por ahora en el discurso azulgrana, temeroso de que el Bayern se tome el envite del Camp Nou como el segundo acto de una tragedia en la que parece envuelto el conjunto azulgrana.

El Bayern le devolvió el 4-0 con el que hace unas temporadas el Barça goleó y humilló al rival alemán. Además, el conjunto alemán envió un mensaje claro de que quiere la corona que durante los últimos años ha poseído el Barcelona en Europa casi sin ser cuestionada.

El tropezón, sin duda, no sólo ha incidido negativamente en la moral de la entidad, sino que podría desatar la caja de los truenos si el Barcelona no arregla su imagen en el partido de vuelta. En caso contrario, el club podría vivir un reajuste importante cuya dimensión es impredecible.


LA LIGA

Al margen de los hechos de Múnich, el equipo azulgrana, no obstante, tiene el objetivo de alcanzar la Liga, que podría ser suya este fin de semana si logra la victoria en San Mamés y, a la vez, el Madrid pierde su partido ante el Atlético.

El encuentro en Bilbao se interpone entre los dos contra el Bayern, por lo que se espera que este fin de semana el Barça vuelva a dar minutos a jugadores no habituales y reserve a futbolistas, como Messi, que necesitan descanso para darlo todo en el desafío del Camp Nou el próximo miércoles.


REMONTADA

Será la primera vez que el Barcelona deberá remontar un marcador tan adverso como un 4-0, un hecho que en la Liga de Campeones no se ha producido nunca.

No es la primera vez que el Barcelona encaja un 4-0, pero sí la primera en la máxima competición que deberá levantar en su estadio.

Hasta la cita, y a pesar de la pesadumbre del momento por estar tan viva aún la imagen de la humillación, al vestuario barcelonista no le queda más remedio que calentar el ambiente y refundarse como hiciera antes de la eliminatoria ante el Milan.

Ahora, el objetivo se presenta como una quimera, y más cuando muchos jugadores azulgrana ya han dado por casi imposible darle la vuelta a la eliminatoria.

De hecho, no existe ningún referente en la entidad de esta envergadura para que los jugadores se agarren, a excepción de un 3-0 en Gotemburgo en las semifinales de la Copa de Europa de 1986, que el Barça salvó en su estadio, pero para vivir semanas después en Sevilla contra el Steaua de Bucarest una de las peores pesadillas de su historia reciente.

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