Laporta recupera para defenderse el discurso que le hizo famoso cuando lideraba una de las plataformas opositoras

El regreso del elefante

Laporta en el Colegio de periodistas de Cataluña. (Foto: A. García)
Que nadie lo olvide, ¡somos elefantes!', solía argumentar Joan Laporta a aquél que osaba echarle un pulso para recordarle que sus raíces están en el combate cuerpo a cuerpo y en el liderazgo de una de las plataformas más combativas en el barcelonismo, denominada L'Elefant Blau (El elefante azul)'.
Ayer, aquel elefante volvió sobre sus pasos al anunciar que la junta directiva del Barcelona que preside Sandro Rosell ya puede estar atenta porque a partir de hoy, el ex presidente se convierte en el más firme observador de la acción de gobierno del nuevo mandatario azulgrana.

¿Qué ha pasado para esta resurrección del elefante que un día decidió retirarse? Que a Laporta y a sus ex directivos los quieren llevar a los juzgados. Que la actual directiva los va a llevar en breve a los tribunales. ¿El motivo? Unas cuentas del año pasado en rojo y un cómputo de siete años de gestión en el mismo color. Como corrobora una auditoría.

Laporta, claro, lo niega todo y lo explica al revés, igual que cuando hace años coincidió con Rosell en el Barcelona y cada uno de puertas afuera interpretaba el club con palabras antagónicas a pesar de pretender describir un mismo hecho.

Laporta y Rosell casi nunca se entendieron cuando cohabitaron durante dos años en el Barcelona, y ahora han dado un paso más allá, retarse en los tribunales. Rosell, de la mano de la asamblea de compromisarios, está preparando una demanda que podría provocar, en el peor de los casos, que una veintena de ex directivos, incluido Laporta, tengan que reponer unas pérdidas de 47 millones de euros, aunque una póliza cubriría hasta 25.En la otra acera, Laporta impugnará la asamblea y estudia diversas demandas aún sin concretar, escenificando una obra ya vista en el club, como cuando tiempo atrás la vida del Barcelona llegó a un punto de judicalización tal en la etapa de Josep Lluís Núñez que era difícil seguir los casos en los tribunales.

Ayer, Laporta recuperó el discurso más contundente de la marca Elefant Blau y cargó sin tregua contra Rosell. Le llamó 'resentido, celoso y envidioso', además de insinuar que es un hijo de papá, que no está a la altura del cargo que ostenta y muchas más cosas que dejaron aturdida la sala de prensa del Colegio de periodistas de Cataluña, donde el ex presidente del Barcelona se defendió con uñas de los ataques que, asegura, le lanzan para desprestigiarle y minar su carrera política.


TRANSPARENCIA ANTE TODO

En el origen de todo este conflicto está una promesa infranqueable del actual presidente de ser transparente y de poner al socio del Barcelona en el centro de las decisiones del club.

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