Ribeiro gana en Santiago y Contador se hace con la general

Igor Antón, Alberto Contador y Ezequiel Mosquera. (Foto: RUBÉN GARCÍA)
El corredor portugués Sergio Ribeiro, del Barbot, se ha impuesto al esprint (3 horas, 50 minutos y 6 segundos) en la quinta y última etapa de la Vuelta Ciclista a Castilla y León con final en Santiago de Compostela.
Mientras, Alberto Contador mantuvo el liderato en la general y, de este modo, obtuvo en Santiago de Compostela su tercer maillot burdeos, convirtiéndose en el corredor con el mejor palmarés de la historia de la ronda castellano y leonesa.

Su frialdad en la ascensión en el Alto del Morredero y una impresionante contrarreloj en Ponferrada (León) le bastaron al madrileño para demostrar que es el número uno del pelotón internacional.

La etapa salió de Samos (Lugo) después de que una tenue lluvia refrescase el pavimento a primera hora de la mañana. A renglón seguido, los corredores se encontraron con un día placido, con una temperatura agradable, a pesar de que se asomaba alguna nube.

Muchos de ellos confesaban antes de partir en dirección a Santiago de Compostela que estaban cansados tras la disputa de las cuatro primeras etapas, pero, a posteriori, la realidad fue que rodaron a un ritmo elevado, cumpliendo, de este modo, con el mejor horario previsto.

Hubo varios intentos de escapada en los primeros kilómetros, pero el que fructificó fue el producido en el kilómetro 30, antes de llegar a Portomarín (Lugo). Entonces, un total de ocho corredores se soltaron del marcaje del pelotón.

Jeannesson (Caisse d'Epargne), Niermann (Rabobank), Irizar (RadioShack), Gómez Marchante (Andalucía), Rabuñal (Xacobeo Galicia), Melero (Burgos 2016), Herrada (Caja Rural) y Mendes (La Rota dos Moveis) fueron los fugados que, veinte kilómetros más adelante, forjaron una ventaja de algo más de dos minutos.

Diez minutos más tarde, el portugués Mario Costa, de Barbot, abandonaba la carrera a escasos kilómetros de encarar el único puerto de la jornada, el Alto de Montecalvo (Tercera categoría), donde arañaron los puntos para la general de la montaña Gómez Marchante (1), Jeannesson (2) y Niermann (3).

Tras el descenso, en el kilómetro 80 de la etapa, a la altura de Melide (A Coruña), el grupo de escapados alcanzó su máxima renta (3 minutos y 45 segundos), la cual se vio rebajada enseguida hasta algo menos de tres minutos y medio en el kilómetro 96 y a dos minutos y cuarenta después de superar la barrera de los 100, antes de Salceda.

El grupo perseguidor, dirigido a su antojo por Astana, apretaba los dientes para que nada se dejase a la improvisación en las inmediaciones de Santiago de Compostela.

Tanto el pelotón como los escapados iban volados a una media de 41 kilómetros por hora. Rodaban mucho mejor de lo estimado y en el kilómetro 125 (Lavacolla) la ventaja del grupo de ocho, en el que no había ningún ciclista que pudiese inquietar al líder, subió de nuevo hasta los tres minutos.

Ya en los aledaños de Santiago de Compostela, y a falta de quince kilómetros para la meta, la escapada se mantenía firme y no hincaba la rodilla, conservando, así, una diferencia de dos minutos que podía llevarles a alcanzar la meta sin que el grupo perseguidor les diese caza.

Se admitían apuestas mientras los corredores atravesaban una zona de toboganes no muy pronunciados a menos de diez kilómetros para la meta compostelana. Entonces, la diferencia seguía bajando y se establecía en menos de un minuto.

En la cabeza de la carrera los ataques se sucedían y, a falta de cuatro kilómetros, Markel Irizar, de Euskaltel Euskadi, se despojó de sus compañeros de fuga en su afán de obtener una victoria en solitario. Mil metros más adelante se le unieron otros seis corredores y, en ese preciso instante, cuando la carretera picaba para arriba, Herrada aprovechó el desconcierto para atacar.

No pudo abrir brecha, pues en el último kilómetro la escapada se anuló y el esprint se empezó a cuajar a una velocidad de vértigo y sobre un repecho complicado. En los últimos metros, el holandés Theo Bos, de Cervelo, puso toda la carne en el asador, pero Sergio Ribeiro estuvo más listo y se coló por la izquierda para llegar en primer lugar y hacerse con la última etapa.

En Santiago de Compostela se echó el cierre a una Vuelta que dominó Contador y cuyo recorrido estuvo vertebrado por la ruta de peregrinaje en su vertiente francesa.

Te puede interesar