Ricky Rubio, el valor de hablar de demonios

Ricky Rubio, bajo una lluvia de confeti tras ganar el Mundobasket de 2019.
photo_camera Ricky Rubio, bajo una lluvia de confeti tras ganar el Mundobasket de 2019.
El estado psicológico del deportista, es un factor más en su rendimiento. Antes no se le prestaba atención porque se le presuponía siempre bueno y jovial. Cualquier síntoma se atribuía a un carácter débil o indisciplinado. 

En julio de 2007 tuve la suerte de entrevistar a Aíto García Reneses, uno de los entrenadores de baloncesto más prestigiosos de nuestro país. El técnico impartía un clínic y durante más de una hora pudimos charlar en un hotel ourensano.

Aíto entrenaba en aquel momento a un Joventut de Badalona memorable, con varios jóvenes prometedores, entre quienes destacaba un talento extraordinario. Este jugador había debutado en la ACB con sólo 14 años. En Ourense había deslumbrado en el campeonato de España infantil. En el Europeo cadete había anotado 51 puntos -y un tiro desde medio campo para forzar la prórroga- en la victoria de la selección española. A sus 17 años era ya el base titular de aquel equipo, con una creatividad y pasión asombrosa. Un año después será el base titular de la selección absoluta en la final de los Juegos de Pekín, en un partido ya legendario contra una extraordinaria Estados Unidos. Se llamaba Ricky Rubio.

Aquella imparable progresión no engañaba al veterano Aíto. Así nos respondió: “Es muy difícil asimilar a su edad lo que está pasando. En algún momento le afectará y deberá superar el bache”. Este ‘aviso’, a contracorriente del  momento, me quedó grabado en la mente.

El estado psicológico del deportista, es un factor más en su rendimiento. Antes no se le prestaba atención porque se le presuponía siempre bueno y jovial. Cualquier síntoma se atribuía a un carácter débil o indisciplinado. 

Estos problemas truncaron la carrera de grandes atletas, quienes ocultaron la realidad por vergüenza. Que Rubio o Simone Biles reconozcan sus “demonios interiores” les revalorizan ante la sociedad.

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