Juegos Olímpicos de Tokyo 2020

Tokyo 2020 | Rodrigo Corrales: Un sueño cumplido por partida doble

Solo estar en los Juegos era una ilusión tremenda para Corrales, que encima vuelve con medalla

Cuando a un doble campeón de Europa, con un bronce Mundial y títulos de Liga en Francia y Hungría se le iluminan los ojos al pensar en los Juegos es cuando uno se da cuenta de la incomparable grandeza del cielo del deporte mundial. Porque Rodrigo Corrales ha vivido su primera experiencia olímpica con 30 años en Tokio con la selección española masculina de balonmano. Algo que, ya de por sí, es un éxito. “Un soño”, insistía una y otra vez a pocos días de viajar a Japón.

Esa emoción continuó durante todo el torneo olímpico, con un portentoso partido contra Noruega el día de su debut. Para algunos, la mejor actuación individual de todo el torneo de balonmano. Junto a sus compañeros, el cangués quemó etapas hasta plantarse en unas semifinales contra Dinamarca en las que les tocó ceder. Quedaba una oportunidad de coronar la vivencia con una medalla. Y como en las otras tres veces que se vio en esa tesitura, España no falló. Tuvo que sufrir y picar piedra, pero se colgó el bronce tras batir a Egipto.

Corrales no tuvo la oportunidad de jugar. Jordi Ribera decidió saltarse su propia norma e hizo repetir a Gonzalo Pérez de Vargas. No es como si no pasara nada, porque el morracense es una bestia competitiva y en su fuero interno seguro que habría querido participar, pero el ‘nosotros’ siempre está por encima del ‘yo’ para el guardameta cangués. Así, desde el banquillo, sufrió, gritó y animó durante los 60 minutos. Y, por supuesto, aconsejó al portero toledano, igual que hace él cuando es al revés. La sonrisa de oreja a oreja de Rodrigo con su medalla lo confirmaba: era un sueño cumplido.

Un sueño que podrá volver a vivir en París. Seguro. Todavía le queda cuerda para rato al portero del Veszprem, que este año luchará por volver a ganar la Liga en Hungría y, sobre todo, por meterse en la final a cuatro de la Liga de Campeones. El título que le falta al de Cangas. Un Corrales que, con las retiradas de figuras de peso como Raúl Entrerríos o Julen Aginagalde, pasará a ser uno de los veteranos de la selección española de balonmano. Mucho camino aún por recorrer. Muchos sueños todavía por cumplir. Y pese a medir 2,02, siempre con la ilusión de un niño. 

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